El cine internacional dice basta: más de 1.200 profesionales firman un compromiso contra la industria cultural de un Estado acusado de genocidio
EL PODER DEL CINE FRENTE AL APARTHEID
Ayer se hizo público un compromiso sin precedentes: más de 1.200 trabajadoras y trabajadores del cine se niegan a colaborar con instituciones israelíes implicadas en el genocidio del pueblo palestino. La iniciativa, impulsada por Film Workers for Palestine, sacude los cimientos de una industria demasiado acostumbrada a mirar hacia otro lado cuando la cultura sirve como barniz para la barbarie.
Javier Bardem, Tilda Swinton, Mark Ruffalo, Olivia Colman, Ayo Edebiri o Josh O’Connor encabezan una lista que continúa creciendo. A ellos se suman nombres de primer orden como Mike Leigh, Ava DuVernay, Yorgos Lanthimos, Adam McKay o Joshua Oppenheimer. Y también el cine español: Luis Tosar, Alba Flores, Juan Diego Botto, Iciar Bollaín, Isabel Coixet, Fernando León de Aranoa y el propio Carlos Bardem han estampado su firma.
El compromiso es claro: no trabajar con festivales, cines, emisoras o productoras israelíes que blanqueen la política de su gobierno. Eso incluye certámenes como el Festival de Cine de Jerusalén, el Festival Internacional de Haifa, Docaviv o TLVFest, señalados por su complicidad con la ocupación.
UNA HERENCIA DE RESISTENCIA CULTURAL
El texto de la iniciativa no deja margen a la tibieza. “Como cineastas, actores y actrices, trabajadores e instituciones, reconocemos el poder del cine para dar forma a las percepciones. En este momento de crisis, en el que nuestros gobiernos permiten la carnicería en Gaza, debemos hacer todo lo posible para frenar la complicidad en ese horror implacable”.
La declaración se inspira en el movimiento Cineastas Unidos contra el Apartheid, que en los años 80 rechazaron exhibir su obra en Sudáfrica mientras se mantenía la segregación racial. Hoy, la analogía es brutal: la Corte Internacional de Justicia ha dictaminado que existe un riesgo plausible de genocidio en Gaza y ha señalado que la ocupación y el apartheid israelí son ilegales.
La carta lo recuerda sin rodeos: “Defender la igualdad, la justicia y la libertad para todas las personas es un deber moral que nadie puede ignorar. Debemos pronunciarnos ya por el daño causado al pueblo palestino”.
El gesto de la industria cinematográfica rompe la inercia del silencio cultural. Mientras gobiernos europeos se refugian en la retórica diplomática y Washington sigue blindando militarmente a Tel Aviv, las y los artistas toman un camino distinto: el de la desobediencia. Si Israel pretende que su genocidio se proyecte como un espectáculo más, el cine mundial responde con un boicot que desenmascara la farsa.
La imagen es poderosa: Bardem y Swinton, Ruffalo y Colman, Ava DuVernay y Gael García Bernal, unidos en una misma trinchera cultural. No es un gesto simbólico. Es un mensaje al mercado global: no habrá alfombra roja para un Estado que pisa con sangre las calles de Gaza.
Porque en este momento, el silencio no es neutralidad. El silencio es complicidad.
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Cada vez se unen más colectivos para denunciar el genocidio que Israel, su presidente Netanyahu, 😡 está cometiendo en Gaza. Parar ya esta barbarie, y que los países muestren de una vez la voluntad de hacer todo lo posible para intervenir en esta causa tan importante. Basta ya, libertad y reparación para el pueblo Palestino!
Ridículas !