La extrema derecha busca rehabilitar a sus «mártires» o crearlos, incluso si estos son asesinos condenados.
Elon Musk, el magnate obsesionado con la «libertad de expresión» cuando le conviene, ha decidido flirtear con una de las propuestas más indignantes de los últimos tiempos: la posibilidad de un indulto para Derek Chauvin, el expolicía que asesinó a George Floyd en 2020. Musk, en su estrategia de alimentar la maquinaria reaccionaria, repostea la idea de Ben Shapiro y su medio ultraconservador The Daily Wire, que presentan la condena de Chauvin como la «mayor victoria del movimiento woke» y piden que Donald Trump lo perdone.
La táctica es clara: el multimillonario más mediático del mundo no solo refuerza el discurso negacionista sobre el racismo sistémico, sino que también pone a prueba los límites de la impunidad. Se atreve a cuestionar una condena que se basó en pruebas contundentes, en un juicio con todas las garantías legales y en una autopsia que estableció sin lugar a dudas que Floyd murió por asfixia tras 9 minutos y 29 segundos de brutalidad policial.
Musk y Shapiro, en su delirio conspiranoico, intentan reescribir la historia. Hablan de un «error judicial», de «presión sobre el jurado» y de que Floyd murió por «problemas cardíacos y drogas». Pero las imágenes no mienten. El mundo entero vio a Chauvin presionando con su rodilla el cuello de un hombre hasta matarlo, mientras este suplicaba por su vida.
UNA OFENSIVA POLÍTICA PARA BLANQUEAR EL ABUSO POLICIAL
La petición de The Daily Wire y el apoyo velado de Musk no son anecdóticos. Forman parte de un proyecto político claro: la normalización del racismo y la represión policial como herramienta de control. La extrema derecha busca rehabilitar a sus «mártires» o crearlos, incluso si estos son asesinos condenados.
El caso de Chauvin se convirtió en un símbolo del abuso policial y de la brutalidad racista en EE.UU. Su condena fue un hito en la lucha por la justicia racial, un paso mínimo pero necesario en un país donde el 40% de las personas asesinadas por la policía son negras, a pesar de que solo representan el 13% de la población. Revocar su condena sería un mensaje devastador: la vida de los negros no importa, la policía puede asesinar impunemente.
Elon Musk sabe lo que hace. No es un simple empresario excéntrico: es un actor político con una audiencia de millones, cuya plataforma se ha convertido en un refugio para la extrema derecha y la desinformación. Que Musk legitime la idea de perdonar a un asesino condenado no es un descuido, es una declaración de intenciones.
La pregunta es: ¿qué sigue? ¿Un indulto para Kyle Rittenhouse, el joven que mató a dos manifestantes en Kenosha? ¿Rehabilitar a los policías que mataron a Breonna Taylor? La estrategia está clara: desmantelar cualquier avance en derechos civiles y reescribir la historia para que la violencia policial sea la norma.
Elon Musk no está pensando, está tomando partido. Y lo hace del lado de la impunidad.
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¿Supuestamente,pertenece al kkk.?