“Yo respaldo lo que se hizo el 11 de septiembre de 1973”, dice en referencia al golpe de Estado con el que Pinochet inició la dictadura en Chile uno de los nuevos socios de Vox
Vox admira y mantiene estrechas relaciones con políticos latinoamericanos como el chileno José Antonio Kast, Jair Bolsonaro, su hijo Eduardo Bolsonaro o Arturo Murillo, unas relaciones tan estrechas que algunos aparecen como firmantes de Carta de Madrid, un manifiesto “en defensa de la democracia y la libertad en la Iberosfera” que lanzó el 26 de octubre Disenso, la recién creada fundación de Vox.
Tal y como informa infoLibre, los 51 firmantes de la carta de los cuales la mitad son venezolanos y entre los que se encuentra Abascal, señalan que “el Estado de Derecho, el imperio de la ley, la separación de poderes, la libertad de expresión y la propiedad privada son elementos esenciales que garantizan el buen funcionamiento de nuestras sociedades”.
Además el manifiesto destaca que “una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países”.
José Antonio Kast, presidente de la formación ultraconservadora Partido Republicano de Chile y hermano de un antiguo ministro de Augusto Pinochet, indica que “el futuro de los países de la Iberosfera ha de estar basado en el respeto a la democracia, los derechos humanos, el pluralismo, la dignidad humana y la justicia, por lo que los abajo firmantes expresan su compromiso de trabajar conjuntamente en la defensa de estos valores y principios.”
En una entrevista de este verano, Kast apoyó el alzamiento militar de 1973 que derrocó al Gobierno de Salvador Allende e instaló en Chile una dictadura. “A Salvador Allende lo derrocó el pueblo, no es que los militares se hayan levantado un día y le dijeran ‘te vas’. No, fue el pueblo de Chile que se levantó y le solicitó a las Fuerzas Armadas que hicieran un pronunciamiento militar. Y yo eso lo valoro y le doy las gracias [a Pinochet] por haber dado la libertad a nuestra patria, si no estaríamos peor que Cuba y Venezuela”.
Nostálgicos de dictaduras en Chile, Brasil y Argentina
Vox no solo ha tendido sólidos puentes con la oposición al chavismo sino con partidos, fundaciones y personalidades de otros países iberoamericanos anclados en la nostalgia de dictaduras como la chilena, la argentina y la brasileña, defensores de la homofobia o el antifeminismo y dispuestos a presumir de su desprecio a las comunidades indígenas.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, dijo que “hay que hacer lo que dejó pendiente la dictadura: matar a 30.000”, refiriéndose a la dictadura militar que entre 1964 y 1985 gobernó la república brasileña y otra de las frases con la que se coronó es que “los indios se están volviendo humanos” .
Por su parte, Eduardo Bolsonaro, opina que los homosexuales persiguen “privilegios travestidos de derechos” o que el feminismo es “una enfermedad”. En plena pandemia, se presentó con varios correligionarios sin mascarillas en una de las comunidades indígenas que viven sin acceso a la sanidad en la selva amazónica.
El hijo de Bolsonaro hijo cree que Abascal se encuentra en “el exacto mismo camino” que su padre cuando se disponía a ganar tras la caída de Dilma Rouseff.
Un único argentino
El único argentino que ha firmado el manifiesto ha sido Alejandro Chafuen, quien presidió hasta 2017 la fundación Atlas Network y ahora dirige el departamento internacional de Acton Institute, una institución privada y católica miembro de Atlas y distanciada del papa Francisco porque lo considera “de izquierdas”. El periódico argentino Página 12 define a Chafuen como “un nostálgico de la dictadura cívico militar del 76”.
Otra de las aliadas argentinas de Vox que no se encuentra entre los firmantes de Carta de Madrid es Victoria Villarruel, quien se reunió en Buenos Aires con el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith una reunión difundida por Vox a bombo y platillo.
Villaruel defiende que los juicios por crímenes de lesa humanidad son injustos. “Cuando hace falta HUMO en nuestro país, los gobiernos echan mano de los juicios de lesa humanidad”.
El hasta hace un mes ministro en el Gobierno de Jeanine Añez, Arturo Murillo, respondió a una periodista que le preguntó por qué un hombre consume prostitución que ”porque la mujer normalmente no es lo que mi abuelito me decía que uno debe conseguir en una mujer”. Y continuó: ”Mi abuelito me decía que cuando consigas una mujer, ésta tiene que ser tu madre, tu amiga, tu hermana, tu puta…”. Ahora Murillo se ha dado a la fuga, supuestamente hacia Panamá “porque los narcocomunistas lo querían encarcelar”, según Hermann Tertsch.
Jeanine Áñez, publicó varios tuits que luego borró en los que despreciaba a los indios aymara de Bolivia. En uno de ellos Añez llama satánicos a los indios aymara: “Qué año nuevo aymara ni lucero del alba!! Satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!!”, escribió en 2013. Por si había alguna duda,a Evo Morales lo llamó “pobre indio”.
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