Mientras la comunidad internacional se debate entre la indignación y la impotencia ante la escalada de violencia en Gaza, el Gobierno español decide mirar hacia otro lado y afianzar su complicidad con el Estado de Israel. La Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material ha adjudicado un nuevo contrato a la empresa israelí Rafael Advanced Systems por valor de 207.414.102 millones de euros.
¿El objetivo? Adquirir sistemas de misiles “probados en combate”, según la propia empresa, en la última campaña de bombardeos sobre Gaza, que se saldó con la vida de más de 30.000 personas, en su mayoría civiles, incluyendo niños y niñas.
Litening V, la joya de la corona del complejo militar-industrial israelí, ofrece “múltiples capacidades de seguimiento y búsqueda por infrarrojos”, una tecnología de última generación que, sin duda, será de gran utilidad para el ejército español en sus misiones de “paz”. Rafael Advanced Systems, la empresa adjudicataria, no es una cualquiera. Se trata de una de las tres empresas más importantes del complejo militar-industrial israelí, junto a Elbit Systems e Israel Aerospace Industries (IAI). Todas ellas han sido acusadas de crímenes de guerra y genocidio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
¿Es este el tipo de socio con el que queremos colaborar? ¿Es este el tipo de tecnología que queremos incorporar a nuestro ejército? ¿Es este el uso que queremos darle al dinero público?
Las justificaciones del Gobierno son tan risibles como insultantes. Aseguran que la empresa israelí es la “única capacitada técnicamente” para desarrollar el proyecto, como si no existieran otras alternativas en el mercado internacional. Y, por si fuera poco, la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Margarida Méndez, se atreve a negar la existencia de un embargo de armas a Israel, a pesar de las evidencias en contrario.
No podemos seguir siendo cómplices de la barbarie. No podemos seguir financiando el genocidio con nuestro dinero. Es hora de decir basta. Es hora de exigir al Gobierno que cancele este contrato de forma inmediata y que ponga fin a su colaboración con el Estado de Israel.
No hay excusas, no hay justificaciones. La sangre de miles de personas inocentes clama al cielo. Es hora de actuar.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CANCELAR ESTE CONTRATO?
- Financiar la industria armamentística israelí significa contribuir directamente al genocidio palestino.
- Los sistemas de misiles que se van a adquirir han sido utilizados en la última campaña de bombardeos sobre Gaza, con un saldo de miles de muertos.
- El Gobierno español está incumpliendo su compromiso de no exportar armas a países que las puedan utilizar para violar los derechos humanos.
- Este contrato es una vergüenza para España y una mancha en nuestro historial de defensa de la paz y la justicia.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
- Exigir al Gobierno que cancele este contrato de forma inmediata.
- Unirse a las protestas y movilizaciones que se están organizando en todo el país.
- Difundir información sobre este caso en las redes sociales.
- Presionar a nuestros representantes políticos para que se pronuncien en contra de este contrato.
No podemos permitir que el Gobierno siga financiando la muerte y la destrucción. Es hora de alzar la voz y exigir justicia para Palestina.
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
El consumo se desploma en Argentina: 16 meses seguidos de ajuste y empobrecimiento
Cayó un 5,4% interanual en marzo, mientras el Gobierno celebra “recuperación” y el pueblo no llega a la góndola
Musk se estrella contra la realidad: su caída de popularidad es imparable
El “visionario” convertido en burócrata de Trump pierde el favor del pueblo tras despedir a 20.000 trabajadores públicos y abrazar el autoritarismo neoliberal
Diez británicos señalados por crímenes de guerra en Gaza
«Si uno de los nuestros comete una atrocidad, tenemos que actuar», afirma el abogado Michael Mansfield KC
Vídeo | DE RESIGNIFICAR NADA 🧼 PSOEizando, que es gerundio. Marina Lobo y Esther López Barceló
La “resignificación” del Valle de los Caídos que vende Moncloa es un eufemismo para disfrazar la continuidad del relato franquista.