La humorista es un personaje incómodo para la extrema derecha, por lo que usan la excusa del humor o la religión para acosarla y censurarla.
El grupo municipal de VOX en el Ayuntamiento de Murcia ha exigido este jueves al equipo de Gobierno que retire inmediatamente el cartel de la Feria de Murcia.
En el cartel aparece la humorista, activista y escritora Raquel Sastre. Recuerdan que Sastre «comparó a las personas con parálisis cerebral con los votantes de VOX y su imagen debe ser eliminada de inmediato». El contexto, por supuesto, era humorístico.
Lo cierto es que la humorista es un personaje incómodo para la extrema derecha, ahí la verdadera razón por lo que piden la censura del cartel. Sastre forma parte de la Plataforma por la atención temprana y los Derechos de la Infancia (PATDI) y es defensora a ultranza de la salud pública. «Ir a lo público evita las pseudoterapias», señala habitualmente.
El humor es una excusa para que Vox utilice sus herramientas desde las instituciones para filtrar qué personas deben ser promocionadas y quienes no según sus intereses ultras.
Desde la formación de Santiago Abascal afirman que no «permitirán que se insulte a las personas con discapacidad ni a los votantes de la primera fuerza política de la Región. Raquel Sastre no merece leer el pregón que representa a todos los murcianos».

Ofende al cristianismo
Además, desde Vox indican que este «polémico cartel ofende al cristianismo: es un ataque a todos los fieles», en alusión a la aureola -formada por la noria de la Feria- que rodea tanto a Raquel Sastre como al resto de los protagonistas del resto de los carteles de las fiestas en Murcia.
Es por ello que la formación ha exigido a PSOE y Cs en el Ayuntamiento de Murcia que la imagen e intervención de la humorista «deben ser retiradas urgentemente». En este sentido, se han dirigido al alcalde de la ciudad advirtiendo de que de no ser así «seréis cómplices del comentario discriminatorio de Raquel Sastre y su ofensa a los fieles. No queremos una pregonera en Murcia que no represente y respete a los vecinos».
Sastre, que tiene a una hija con TEA, comentó al respecto de la religión en su momento en una entrevista a ElDiario.es que «me maravilla cómo la gente que cree muchísimo en Dios, asimilan que un hijo con TEA es algo que le han mandado para ser mejores personas y lo llevan con un ánimo tremendo. Yo nunca voy a estar feliz de que mi hija tenga un trastorno, pero lo sobrellevo mejor con el humor. Hay gente que lo hace con la ira o incluso con alcohol, drogas, depresión…también hay quien lo acepta sin más porque tiene las herramientas suficientes para afrontarlo». Toda una declaración de intenciones que Vox debería aplicarse.
Related posts
Trump aún no controla la justicia
Hoy, la justicia ha defendido el Estado de derecho. No por ideología. No por valentía. Sino porque todavía hay quien entiende que las leyes están para algo más que adornar discursos.
La ultraderecha gana terreno entre banderas ajenas
Chega se convierte en la segunda fuerza en Portugal gracias al voto emigrante. El fascismo posmoderno se viste de desarraigo y antipolítica para colarse por la puerta de atrás del Parlamento.
Opinión | ¿Y ahora qué, Alemania?
Las promesas de “nunca más” frente al genocidio en Gaza
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos