Desde el éxito cosechado en 2014 el PP, mediante Villarejo, trató de combatir a Podemos mediante un grupo secreto de policías.
Ya se conocía como un grupo secreto de policías se dedicó a combatir de forma extrajudicial el proceso soberanista en Catalunya durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy.
Este también tuvo a la formación morada, Podemos como «enemigo a batir en cuanto la formación de Pablo Iglesias cosechó su primer éxito electoral, en mayo de 2014», explican desde eldiario.es y así lo atestigua el diario incautado a uno de sus miembros, el comisario José Manuel Villarejo.
El 30 de octubre de 2014, relata el rotativo, Villarejo habla con el entonces número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, y apunta: «Reuniones Podemos».

El 29 de septiembre, dos periodistas de El Mundo proponen a Villarejo reunirse al día siguiente. «Tema Podemos», anota el comisario en unas agendas a las que que Asuntos Internos, la Fiscalía Anticorrupción y el juez del caso dan credibilidad cuando se cruzan con hechos públicos o acreditados ya por la investigación.
Un mes después, el 31 de octubre de 2014, Villarejo anota una reunión con el secretario de Estado de Seguridad: «Chisco. Reunión hasta 14:30. Sobre riesgo de IB con PJ y reuniones Podemos y Verstrynge». Chisco es uno de los apelativos con los que Villarejo y su grupo se refieren al número dos de Interior, aclara el diario.
Además, informa Pedro Águeda, «en otras anotaciones se desprende que Villarejo intenta obtener información del partido y que, por alguna razón, incluye en ese plan a Jorge Verstrynge. El entorno del que fuera profesor de Iglesias asegura que nunca ha visto a Villarejo».
Ya entrado 2015, acusaciones contra Podemos que con el tiempo se convertirían en recurrentes comienzan a aflorar en el diario del comisario. El 10 de febrero de 2015, Villarejo apunta una conversación con el número dos de Interior: «Chisco. Venezuela-Podemos. Varias gestiones. Quedamos en hablar».
La rutinalidad de estas reuniones desenmascaran diversos actores relevantes en la estrategia contra el partido como «el grupo secreto de policías se dedicaba a rastrear posibles corruptelas de políticos soberanistas de forma prospectiva y sin control judicial, probablemente financiados por los fondos reservados de Interior», desvela el periodista.
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