A pesar de reconocer la importancia de las manifestaciones agrícolas como forma de protesta, este jornalero expresa su decisión de no participar directamente en ella, criticando a aquellos que incitan a la acción sin tener en cuenta las verdaderas necesidades y luchas de los trabajadores agrícolas.
Su crítica no es un llamado al silencio, sino una invitación a reflexionar profundamente sobre cómo se llevan a cabo estas protestas y quién realmente se beneficia de ellas.
En su llamado a la acción, este jornalero invita a todos, dentro y fuera del sector agrícola, a unirse en un esfuerzo colectivo para crear un futuro donde el trabajo agrícola sea valorado, respetado y, sobre todo, justamente compensado.
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