¡Ah, la «CayeBorroka»! Esa especie de verbena que la extrema derecha montó, pero con menos confeti y más violencia. Allí están, protestando contra la amnistía de Pedro Sánchez con la sutileza de un elefante en una tienda de porcelana.
Y en medio de este circo político, surge nuestro Basilio Aragón, el camionero que con su capa de superhéroe de la lógica y su espada de la ironía, se convierte en el Quijote de las autopistas, luchando contra los molinos de viento de la intolerancia.
Basilio, ese amigo que no necesita una app para encontrar la dirección correcta, porque su brújula moral siempre apunta al norte de lo justo. Basilio nos recuerda que si la «CayeBorroka» es la respuesta, quizás no entendieron bien la pregunta.
Porque, al final del día, la democracia es como un buen guiso: necesita de todos los ingredientes, sí, pero con medida y buen gusto, no vaya a ser que el plato principal sepa a extremismo de extrema derecha y nos deje un mal sabor de boca.
Así que, mientras la «CayeBorroka» sigue su ruidosa batucada ultra, siempre nos quedará Basilio para poner un poco de sentido común.
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