¡Ah, la “CayeBorroka”! Esa especie de verbena que la extrema derecha montó, pero con menos confeti y más violencia. Allí están, protestando contra la amnistía de Pedro Sánchez con la sutileza de un elefante en una tienda de porcelana.
Y en medio de este circo político, surge nuestro Basilio Aragón, el camionero que con su capa de superhéroe de la lógica y su espada de la ironía, se convierte en el Quijote de las autopistas, luchando contra los molinos de viento de la intolerancia.
Basilio, ese amigo que no necesita una app para encontrar la dirección correcta, porque su brújula moral siempre apunta al norte de lo justo. Basilio nos recuerda que si la “CayeBorroka” es la respuesta, quizás no entendieron bien la pregunta.
Porque, al final del día, la democracia es como un buen guiso: necesita de todos los ingredientes, sí, pero con medida y buen gusto, no vaya a ser que el plato principal sepa a extremismo de extrema derecha y nos deje un mal sabor de boca.
Así que, mientras la “CayeBorroka” sigue su ruidosa batucada ultra, siempre nos quedará Basilio para poner un poco de sentido común.
Los líderes ultra que quieren ser la voz de Trump en Europa: el listado que nadie pidió
Líderes de la extrema derecha y pragmáticos se disputan el puesto de interlocutor privilegiado con el expresidente estadounidense
Así se lamen bien las botas del poder: Zuckerberg se arrodilla ante Trump por 25 millones
Mark Zuckerberg ha abandonado cualquier pretensión de neutralidad para alinear su imperio digital con la agenda trumpista.
Opinión | El gran error de estrategia de Feijóo que pagará caro: así se fabrican votantes de ultraderecha
Nada en su discurso responde a la realidad; todo se reduce a crear indignación prefabricada para movilizar (mal) a su electorado. Javier F. Ferrero La política española lleva años atrapada en una burbuja mediática que no representa al país real, sino a los intereses de…
“EL CLIENTE ES UN MONSTRUO” 🤫 Lo que no te contarán en Tele5 sobre Mercadona
Si la imagen de Mercadona es tan buena, ¿por qué cada vez más empleados denuncian prácticas abusivas? Y lo más importante, ¿por qué los grandes medios no lo cuentan?