Este estadounidense ofrece una interesantísima reflexión. Durante años, su percepción estuvo influenciada por la narrativa predominante en Estados Unidos, que presentaba a Israel en una luz favorable y a Palestina en un papel antagonista. Sin embargo, tras un proceso de autoeducación y análisis crítico, ha llegado a la conclusión de que la realidad es mucho más compleja y matizada de lo que se le había presentado anteriormente.
Este despertar no solo representa su transformación personal, sino que también simboliza un cambio más amplio en la conciencia colectiva. Ojalá su testimonio sirva como un ejemplo de cómo la sociedad está comenzando a cuestionar y reevaluar las historias que se han aceptado sin cuestionamientos durante tanto tiempo. Si esto pasa, si el pueblo despierta de su letargo y puede ver más allá de la manipulación a la que nos tienen acostumbradas y acostumbrados, Israel y EE.UU. ya han perdido. No necesariamente en términos militares, sino en la batalla de la percepción y la opinión pública.
Y es que a pesar de la potencia militar o económica, la opinión pública y la conciencia colectiva pueden influir decisivamente en el curso de los acontecimientos globales.
Related posts
SÍGUENOS
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Feijóo, de la centralidad al fango
Cuando el barro se convierte en programa político, el país entero queda atrapado en la cloaca.
Milei se rinde al dólar: volantazo desesperado con aval del FMI
El gobierno que prometía “no intervenir jamás en el mercado” se arrodilla ante la divisa y dinamita su propio dogma.
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.
Vídeo | El negocio de matar
Palantir vende tecnología, pero lo que compra el ejército israelí es impunidad: un algoritmo que legitima la masacre. Cada contrato firmado es un misil que despega. Cada sonrisa de Karp es una fosa abierta.