Esto no es un caso aislado ni una «mala gestión»; es la manifestación del capitalismo salvaje que devora a la clase trabajadora para proteger la propiedad privada y las ganancias de unos pocos.
Esta mañana ha sonado una alerta de protección civil en Barcelona. En ese mismo momento, las fuerzas del orden, los jueces y los propietarios unían fuerzas para desahuciar a una familia con un niño de 4 años y dejarla en la calle. Esto no es un caso aislado ni una «mala gestión»; es la manifestación del capitalismo salvaje que devora a la clase trabajadora para proteger la propiedad privada y las ganancias de unos pocos.
El sistema en que vivimos muestra aquí su verdadero rostro: un entramado que privilegia el lucro sobre la vida, que expulsa a una familia de su casa sin parpadear en plena crisis ecosocial. Pero ante estos agentes del poder que priorizan el capital sobre la dignidad y la vida humana, está la clase trabajadora organizada. Esa misma clase trabajadora que en Valencia recorre kilómetros para dar de comer y quitar barro, y que en Barcelona evita que otra familia sea desahuciada. Gracias a @raval_shsc y @sindicathabsc, hoy una familia dormirá en su casa y no en la calle bajo la lluvia.
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