Mientras no llamemos a las cosas por su nombre, será difícil cambiarlas.
Ha pasado más de un año del inicio del genocidio del pueblo palestino por parte del ejército sionista de Israel, y todavía muchos Gobiernos y medios de comunicación occidentales lo siguen llamando “conflicto” o “guerra”. Las palabras importan. Y mientras no llamemos a las cosas por su nombre, será difícil cambiarlas. Y es obligación de los seres humanos a los que todavía les quede algo de humanidad en su interior hacer presión para lograr el cambio. Como hace Francesca Albanese, Relatora especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos.
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