“Los datos son incontestables. Desde 2009 a 2022 se han presentado dos millones de denuncias. El discurso negacionista influye directamente en la protección de las mujeres”
El acto solemne de apertura de tribunales en el que participó el monarca trajo consigo un aire renovado, marcado por la dualidad en el Poder Judicial. Francisco Marín, presidente interino del Tribunal Supremo, y Vicente Guilarte, presidente temporal del Consejo General del Poder Judicial, se ubicaron en posiciones de liderazgo junto a las demás autoridades presentes.
En medio de un ambiente tan protocolario, emerge Álvaro García, el Fiscal General del Estado, quien, lejos de limitarse a una presentación monótona de la Memoria de la Fiscalía, lanzó dardos verbales directos contra “los negacionistas de la violencia de género”. “Los datos son incontestables. Desde 2009 a 2022 se han presentado dos millones de denuncias. El discurso negacionista influye directamente en la protección de las mujeres“, sentenció García, enfatizando la urgente necesidad de no ceder en este campo y enalteciendo al feminismo como catalizador de cambio social.
LA REALIDAD NUMÉRICA: CIFRAS QUE NO DEBERÍAN EXISTIR
El año 2022 resultó ser un despliegue trágico de violencia machista. Las cifras evidencian un aumento del 66 % en intentos de feminicidio en comparación con el año anterior. De esas 35 personas que enfrentaron un intento no consumado de feminicidio, el 31,4 % ya había denunciado a sus posibles agresores.
Es imposible no estremecerse al leer el desglose por métodos de ataque: 19 víctimas apuñaladas, cinco golpeadas, cuatro quemadas, tres estranguladas, entre otros. Estos intentos de feminicidio se distribuyen en varias regiones españolas, demostrando que no es un problema aislado de determinadas zonas, sino una epidemia que se extiende por el país.
Sin embargo, es imprescindible destacar los llamados “feminicidios ampliados”, donde se asesina a hijos e hijas o personas del entorno cercano de la mujer con el propósito de infligir el máximo daño posible. La idea de que en un mismo año, siete feminicidios ampliados se hayan consumado y que tres intentos hayan sido frustrados solo profundiza el sentimiento de indignación y preocupación.
MUJERES RURALES Y MAYORES: LAS GRANDES OLVIDADAS
El informe también revela una realidad incómoda pero necesaria: las mujeres del mundo rural y las mayores de 65 años están en una posición de mayor vulnerabilidad ante la violencia de género. Se argumenta que esta situación se debe a “el mayor enraizamiento de la cultura patriarcal en la sociedad rural”, lo que conlleva una normalización y aceptación tácita de conductas machistas violentas. Esta realidad, junto con la mayor dificultad para denunciar en estas áreas, plantea un desafío a las autoridades y a la sociedad en su conjunto.
Las voces desde las altas esferas judiciales y las cifras no pueden ser más claras. Es esencial continuar el camino hacia la erradicación de la violencia de género, con políticas efectivas, concienciación y una sociedad decidida a no ser cómplice. Las estadísticas, aunque desoladoras, deben servir como un recordatorio constante de la lucha que aún está por delante.
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