En la misa de las fiestas de Cascante, un párroco decidió usar su púlpito para lanzar un mensaje cargado de xenofobia y el pueblo respondió
Nadie se esperaba nada bueno de la Iglesia, pero a veces se supera. En la misa de las fiestas de Cascante, un párroco decidió usar su púlpito para lanzar un mensaje cargado de xenofobia, cuestionando por qué los inmigrantes reciben ayudas mientras «los nacionales» son ignorados.
El pueblo, en esta ocasión, no se quedó callado. El murmullo de desaprobación que recorrió la iglesia fue un claro indicio de que las palabras del párroco no iban a ser aceptadas sin más. La comunidad, cansada de discursos de odio disfrazados de preocupación social, mostró su indignación ante la falta de humanidad. No bastaron las disculpas forzadas, ni los intentos de suavizar el mensaje; el daño ya estaba hecho.
Related posts
SÍGUENOS
Las horas más bajas de Ursula
Dos bloques opuestos han coincidido en algo: pedir la cabeza de Ursula von der Leyen. Y no es una pataleta: tienen 72 firmas, el mínimo legal para forzar el debate.
Vox y la violencia que nunca quiere ver
El alcalde de Villacastín, detenido por agredir a su mujer en plena romería Otra vez Vox. Otra vez la violencia que su discurso niega mientras se enquista en sus filas. Julio César Sánchez, alcalde del partido ultra en Villacastín (Segovia), fue detenido por la Guardia…
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Vídeo | Marina Lobo: Madrid paró La Vuelta y tumbó el blanqueo de Israel
Marina Lobo lo dijo sin rodeos: lo que pasó ayer en Madrid fue histórico. Mientras el mundo miraba para otro lado, la última etapa de La Vuelta a España se detuvo en seco por las protestas masivas contra el genocidio en Gaza. Una marea ciudadana…
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.