Rubén Sánchez | En ocasiones veo fraudes
Llega la Navidad, aumenta el tráfico aéreo y, por tanto, como siempre, aumentan también las cancelaciones y grandes retrasos en los vuelos. Lo que no aumenta, de momento, es el nivel de conocimiento de los consumidores sobre sus derechos ante estas situaciones. Ni tampoco las medidas de control y sanción por parte del Ministerio de Transportes.
Más de ocho de cada diez pasajeros cuenta, en una encuesta de FACUA, que cuando ha sufrido una cancelación la compañía no le informó de su derecho a recibir una compensación.
Casi la mitad de las personas que coge un vuelo desconoce que tendrá derecho a esas compensaciones de entre 250 y 600 euros si la compañía llega más de tres horas tarde a su destino o si se produce una cancelación en el vuelo.
El ministro Óscar Puente debería garantizar la presencia de inspectores en todos los aeropuertos españoles para vigilar si las compañías cumplen con las obligaciones de información establecidas en el reglamento europeo que regula los derechos de los pasajeros.
Porque sí, es obligatorio informar a los pasajeros que sufran un gran retraso o una cancelación de que tienen derecho a recibir compensaciones económicas, igual que tienen derecho a comida y bebida durante la espera y a que sean alojados en hoteles si están esperando al siguiente vuelo en una ciudad distinta a la suya
El desconocimiento de los usuarios de que pueden reclamar compensaciones económicas, además de indemnizaciones por los perjuicios sufridos, provoca que solo un reducido porcentaje de afectados acabe presentando las reclamaciones y ejerza sus derechos.
Pero incluso aunque se pongan en marcha esos mecanismos de control que hoy no existen en los aeropuertos, siempre seguirán existiendo incumplimientos. Por eso, es fundamental establecer un protocolo para garantizar que a los pasajeros les llegue siempre la información.
Más allá de las necesarias inspecciones, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Transportes debería establecer un procedimiento de información en colaboración con AENA para que en los paneles electrónicos de los aeropuertos se inste a los usuarios a reclamar las compensaciones e indemnizaciones cuando sus vuelos sufran cancelaciones o retrasos de más de tres horas en la llegada al destino.
Es muy simple, ya existen los paneles donde nos indican que un vuelo tiene retraso. Sólo habría que añadir información indicando “tiene usted derecho a compensación, infórmese en tal página web”.
Además, la AESA debería actuar con mucha más contundencia cuando los usuarios denuncien la negativa de las compañías aéreas a cumplir con sus obligaciones legales.
Ha representado un gran paso que las resoluciones de la Agencia tengan ahora carácter vinculante. Y si las aerolíneas no las cumplen, el consumidor no tiene más que ir a los tribunales para solicitar la ejecución de la resolución.
Pero es clave que la AESA imponga multas contundentes cada una de las veces que verifique que una aerolínea se ha saltado la normativa con un pasajero.
Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.
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