La Antártida es una de las regiones del planeta donde las temperaturas han aumentado más en los últimos 50 años
Las Naciones Unidas confirmaron este jueves que la temperatura en la Antártida alcanzó el año pasado un récord de 18,3 ºC, según informa AFP. La temperatura récord se registró en la estación de investigación argentina Esperanza, situada en la península Antártica, el 6 de febrero de 2020, según la Organización Meteorológica Mundial de la ONU. El nuevo récord oficial bate el anterior, de 17,5 grados, también medido en la base Esperanza, el 24 de marzo de 2015.
Al mismo tiempo, ha considerado inválida una medición todavía mayor, de 20,7 grados, que se notificó cuatro días después en una estación brasileña de la isla Seymour, también en la Antártida, ya que pudo estar adulterada por un protector de radiación que quizá alteró los sensores.
«La verificación de este récord de temperatura máxima es importante porque nos ayuda a construir una imagen del tiempo atmosférico y el clima en una de las últimas fronteras de la Tierra», señaló el secretario general del organismo, Petteri Taalas.
«El establecimiento de máximos de temperatura en la Antártida es esencial para analizar la evolución del clima en esa región de clima extremo, aún poco conocida debido a la falta de estaciones de observación permanentes, y estudiar el ascenso del nivel de los océanos», destacó Taalas.
«La península Antártica se encuentra entre las regiones del planeta que más rápido se calientan», subrayó el alto cargo, agregando que el nuevo récord «es consecuente con el cambio climático» que se está observando.
A mediados de abril, un reporte de la Organización Meteorológica Mundial indicó que 2020 fue el tercer año más caluroso de la historia, por detrás de 2016 y 2019, con una temperatura global promedio 1,2 grados centígrados por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial. Además, la década de 2011-2020 superó todos los registros anteriores de temperatura.
Según el organismo, las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera continuaron elevándose durante los últimos dos años.
Durante 2020 continuó elevándose también el nivel del mar —un proceso que se ha acelerado incluso más en los meses recientes—, en parte, a raíz de un mayor derretimiento de los glaciares groenlandeses y antárticos. Al mismo tiempo, los ecosistemas y la fauna marina continúan sufriendo las consecuencias negativas de la acidificación y desoxigenación del agua oceánica.
Entre tanto, un estudio publicado en mayo en la revista Nature Geoscience advirtió que el deshielo en la Antártida amenaza con una reacción en cadena en los patrones climáticos.
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