19 Feb 2025

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Perfil: ¿Quién es Robert F. Kennedy, el antivacunas que toma el control de la Sanidad en EE.UU.?
DESTACADA, INTERNACIONAL

Perfil: ¿Quién es Robert F. Kennedy, el antivacunas que toma el control de la Sanidad en EE.UU.? 

Un negacionista de la ciencia al frente del Departamento de Salud: las consecuencias pueden ser letales

El Senado de Estados Unidos ha confirmado con una ajustada votación de 52 a 48 a Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), pese a las advertencias de la comunidad científica. El nombramiento de este abogado ambientalista, sin experiencia en salud pública y con un histórico de desinformación sobre vacunas, supone una amenaza directa para las políticas de prevención de enfermedades y la confianza en la ciencia médica. Su ascenso al poder, impulsado por Donald Trump tras su apoyo en la campaña electoral, pone en riesgo a millones de personas.

UNA VIDA DEDICADA A LA DESINFORMACIÓN

Kennedy no es un simple escéptico de las vacunas. Durante décadas, ha sido una de las figuras más influyentes en la difusión de teorías conspirativas sobre salud pública. Ha promovido la idea falsa de que las vacunas causan autismo, una afirmación refutada por la ciencia y responsable de un descenso en las tasas de inmunización infantil. También ha puesto en duda que el VIH sea la causa del sida y ha relacionado, sin pruebas, ciertos antidepresivos con los tiroteos en escuelas.

Su organización, Children’s Health Defense, ha sido una de las principales financiadoras de propaganda antivacunas en redes sociales. En 2019, el Center for Countering Digital Hate lo señaló como uno de los 12 principales difusores de desinformación sobre la vacuna contra la COVID-19 en Internet. Su impacto no es solo digital: en 2019, Samoa sufrió un brote devastador de sarampión tras una campaña de desinformación liderada por su organización.

El peligro de su ideología ya se refleja en datos concretos. A finales de 2024, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que menos del 16% de los trabajadores sanitarios habían recibido las vacunas actualizadas contra la COVID-19 y menos de la mitad se habían vacunado contra la gripe. La vacunación infantil también ha descendido desde la pandemia, y los expertos señalan la desinformación como una de las principales causas.

UN DESMANTELAMIENTO PELIGROSO

Ahora, como jefe del HHS, Kennedy tendrá el control de agencias clave como la FDA y los CDC, con un presupuesto superior a los 3 billones de dólares. No es un puesto simbólico: sus decisiones afectarán a Medicare y Medicaid, que cubren a más de 140 millones de estadounidenses. Y sus planes ya generan alarma: ha propuesto despedir a 600 empleados de los Institutos Nacionales de Salud, clave en la investigación de vacunas, para reemplazarlos con nuevos trabajadores afines a su ideología.

Kennedy también busca acabar con lo que llama “puerta giratoria” entre la industria farmacéutica y el gobierno. Aunque la regulación de los conflictos de interés es necesaria, en sus manos esto se traduce en una purga de expertos con experiencia en el sector. Su influencia podría paralizar programas de vacunación, reducir el acceso a medicamentos esenciales y devolver a EE.UU. a una época en la que enfermedades como el sarampión y la tos ferina mataban a miles de niños al año.

El impacto de estas políticas va más allá de EE.UU. Como la pandemia de COVID-19 demostró, la desinformación se propaga tan rápido como los virus. La llegada de un negacionista al poder puede alimentar movimientos similares en Europa y América Latina, debilitando la confianza en la vacunación a nivel global.

Más de 75 premios Nobel han firmado una carta pidiendo que no se confirmara a Kennedy para este cargo. La comunidad científica es unánime: su presencia en el gobierno de Trump supone un retroceso de décadas en salud pública. Pero el Senado ha hablado, y el precio de su decisión lo pagará la población con su salud y su vida.

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