20 Sep 2024

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¿PP o Vox? Los populares cargan contra la migración comprando los bulos de la ultraderecha
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

¿PP o Vox? Los populares cargan contra la migración comprando los bulos de la ultraderecha 

El uso de términos como “invasión” y “emergencia migratoria” es un claro ejemplo de manipulación del discurso para generar miedo y rechazo hacia las personas migrantes

El Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha adoptado la narrativa antiinmigrante de Vox como propia. En un giro preocupante, el principal partido de la oposición ha comenzado a replicar los mismos argumentos que la extrema derecha ha utilizado para criminalizar a las personas migrantes y sembrar el miedo entre la ciudadanía. Estas tácticas incluyen la difusión de mentiras sobre el “efecto llamada”, la supuesta “invasión” de migrantes, la invención de una carta de cumplimiento de leyes inexistente, y una discriminación evidente hacia las y los refugiados africanos en comparación con otros grupos. Es crucial desmantelar estos mitos y exponer la estrategia peligrosa que está alimentando la xenofobia y la división en España.

EL MITO DEL “EFECTO LLAMADA” COMO ARMA POLÍTICA

Uno de los mitos más recurrentes en el discurso del PP y Vox es el llamado “efecto llamada”. Según esta narrativa, las políticas públicas y las declaraciones de los dirigentes del Gobierno español estarían incentivando la llegada masiva de migrantes, especialmente desde África. Sin embargo, no existe evidencia alguna que respalde esta afirmación. Los estudios sobre migración han demostrado repetidamente que las personas migrantes no son “atraídas” por promesas gubernamentales o políticas sociales. En cambio, sus motivaciones son profundas y variadas, ancladas en una combinación de factores económicos, sociales y políticos tanto en los países de origen como en los de destino.

Hablar de un “efecto llamada” es una simplificación malintencionada que ignora la complejidad de la migración global. Nadie abandona su hogar, arriesgando su vida en travesías peligrosas, simplemente por una promesa de mejores condiciones en otro país. Las personas que llegan a España a menudo huyen de conflictos armados, persecuciones, pobreza extrema y crisis humanitarias en sus países de origen. Acusar al Gobierno de “alentar” estas llegadas es un despropósito que no solo carece de fundamento, sino que también perpetúa una imagen distorsionada de las y los migrantes como oportunistas en lugar de víctimas.

El PP y Vox también critican al Gobierno por no frenar las salidas de pateras ni combatir las mafias que trafican con personas. Lo cierto es que estas acciones han sido un eje central de la política migratoria española, con esfuerzos significativos en Marruecos y otros países del África Occidental, donde las fuerzas de seguridad españolas colaboran activamente con las autoridades locales. Sin embargo, esta labor queda oculta en la narrativa populista que busca culpabilizar al Ejecutivo por una “invasión” inexistente.

LA INVASIÓN IMAGINARIA Y LA DISCRIMINACIÓN SELECTIVA

Otra de las falacias promovidas por el PP y Vox es la idea de una “invasión” migratoria descontrolada. El uso de términos como “invasión” y “emergencia migratoria” es un claro ejemplo de manipulación del discurso para generar miedo y rechazo hacia las personas migrantes. La realidad es que, aunque ha habido un aumento en la llegada de personas migrantes en pateras, especialmente desde Malí, esto no justifica las alarmistas afirmaciones de una crisis migratoria desbocada.

Es revelador que, a pesar del enfoque obsesivo en las llegadas por mar, la mayoría de las personas migrantes que llegan a España no lo hacen en pateras. De hecho, la mayor parte de la migración irregular llega por vía aérea o terrestre, como demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2023, la mayor parte de las personas migrantes procedían de Colombia, Venezuela y otros países de América Latina, no de África. Sin embargo, estos datos no se ajustan a la narrativa de la “invasión africana” y, por tanto, son convenientemente ignorados por quienes buscan explotar el miedo a la diferencia.

Es más, el argumento de la “emergencia migratoria” no se sostiene cuando se observa la situación de los servicios de asistencia en lugares como Canarias o Ceuta. La sobrecarga que experimentan estos servicios se debe en gran medida a la negativa de PP, Vox y otros partidos a implementar mecanismos de traslado de personas migrantes a otras comunidades autónomas. Esta negativa no es más que otro ejemplo de cómo la derecha utiliza la crisis migratoria como un arma política, sin proponer soluciones reales.

En lugar de reconocer la necesidad de una migración ordenada y regulada para enfrentar el desafío demográfico de España, la derecha opta por vender la falsa idea de una invasión descontrolada. Sin una política migratoria que permita la llegada de personas extranjeras, España se enfrenta a un futuro demográfico insostenible. Los estudios demográficos predicen un envejecimiento poblacional severo en las próximas décadas, con consecuencias devastadoras para la economía y el Estado del bienestar. Aun así, la respuesta del PP es pedir una carta de cumplimiento de leyes inexistente, como si eso fuera a resolver la cuestión migratoria.

REFUGIADOS Y LA DOBLE VARA DE MEDIR DEL PP

La postura del PP hacia las y los refugiados revela una clara doble vara de medir. Mientras que las personas refugiadas procedentes de Ucrania y Venezuela son recibidas con los brazos abiertos, aquellas que huyen de la violencia en Malí o de otras regiones del Sahel se encuentran con un rechazo rotundo. Esta discriminación no solo es moralmente cuestionable, sino que también muestra una hipocresía alarmante en la política migratoria del PP.

Es evidente que el PP y Vox han decidido priorizar una retórica xenófoba y populista sobre la realidad de la migración en España. Esta estrategia, aunque efectiva para movilizar a una parte del electorado, pone en riesgo la cohesión social y alimenta el odio hacia los más vulnerables. En lugar de soluciones, lo que ofrecen es una narrativa de miedo y exclusión, un camino peligroso que amenaza con dividir aún más a la sociedad.

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