Miles de franceses volvieron a salir a las calles para exigir la libertad de prensa después de la paliza que recibió un productor musical negro por parte de oficiales a lo que la Policía respondió con gases lacrimógenos.
Como ha podido atestiguarse a través de los vídeos y los reportes de la prensa local, la Policía francesa lanzó gases lacrimógenos contra manifestantes que marchaban contra la violencia ejercida por parte de las fuerzas de seguridad en París.
La multitudinaria protesta se organizó después de una brutal paliza por parte de policías que recibió un productor musical.
Este hecho ha avivado las recientes protestas de un nuevo proyecto de ley que podría restringir el derecho de prensa y libertad de expresión.
En las imágenes, que se han difundido a través de las redes sociales se puede ver a un grupo de personas armando barricadas con tal de impedir el avance de la Policía.
Miles de personas también se congregaron en otras ciudades de Francia como Lille, Rennes y Estrasburgo, recoge Reuters.
¿Qué es la nueva “ley mordaza francesa”?
La reforma del artículo 24, que se ha puesto en examen y debate en la Asamblea nacional, sancionará a todos los periodistas o ciudadanos que filmen a policías durante cualquier manifestación.
Las penas, explicaba Le Parisien, se prevé que vayan desde un año de prisión a 45.000 euros por la «difusión de imágenes de un agente o cualquier otro elemento de identificación de un policía durante su intervención, ya que puede atentar contra su integridad física o psíquica».
Arié Alimi, abogado y miembro de La Liga de los Derechos Humanos, ha explicado para Le Parisien, que la policía “debe ser transparente, para permitir a los ciudadanos controlar los eventuales abusos a la autoridad”.
Tras las recientes movilizaciones, a través de las redes sociales, se dieron a conocer diversas detenciones de periodistas y miembros de la prensa que habían asistido a la protesta.
Coronavirus en Francia
A finales de octubre, como el resto de Europa en Francia subieron los contagios, la segunda ola.
“Ni las previsiones más pesimistas habían anticipado que el virus circulara con esta rapidez”, reconoció Macron en un discurso televisado a la nación, en el que advirtió de que esta segunda ola “será más dura y mortífera que la primera”.
Macron defendió además que, si no se pone “un freno brutal” a los contagios, los “hospitales quedarán saturados”, “los médicos tendrán que elegir entre un paciente con covid o uno de un accidente de carretera”. “Eso es inaceptable para los valores de Francia”, afirmó.
Macron y su gobierno, entonces, decidieron la aplicación de un nuevo confinamiento tras consultas con el consejo científico, las fuerzas políticas y los socios europeos.
Terrorismo islamista en Francia
Otro de los conflictos latentes en el país galo son los atentados terroristas, que han sacudido al país durante las últimas semanas.
De igual modo, la crisis de la covid-19 ha desplazado de la agenda pública algunos de los problemas de seguridad más complejos que se han experimentado en las últimas décadas en Europa. Los atentados de Francia de las últimas semanas nos envían un recordatorio cruel: el terrorismo islamista sigue ocupando el puesto número uno de la agenda de seguridad.
terrorismo islamista ante todo es terrorismo: se usa el terror para lograr fines políticos. La razón por la que se denomina islamista es porque, aunque el Islam es una religión que desde sus orígenes combinaba religión y política, el islamismo moderno se considera una ideología política que aboga por introducir elementos coránicos en la vida política y económica desde las instituciones del gobierno.
La mayor parte de los musulmanes del mundo (más de mil millones) no son islamistas; y la mayor parte de los islamistas no abogan por la violencia. De entre quienes no abogan por la violencia, están los que solo aspiran a conformar partidos políticos de ideología islamista que puedan llegar al poder pero que son demócratas en su ideario; y los que plantean que, desde la pugna democrática, una vez que se llega al poder se deben hacer esfuerzos legislativos y políticos por establecer la Sharía, la ley islámica.
De entre los islamistas más ortodoxos surgen los salafistas. El salafismo evoluciona de una corriente islámica del siglo XVII, promovida Al Wahab, y que buscaba la purificación del islam de aditivos. En otras palabras, se buscaba la vuelta a la esencia del islam, como lo enseñó y practicó el profeta Muhammad.
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