El discurso de Losantos es un ejemplo del tipo de odio y desprecio que las mujeres políticas de izquierda tienen que soportar a diario
La secretaria de estado Ángela Rodriguez, conocida popularmente como “Pam”, ha sido objeto de controversia y crítica en las redes sociales. Recientemente, publicó un tuit en apoyo a la candidata a las elecciones madrileñas Alejadra Jacinto, donde rechazaba los comentarios sobre su apariencia y destacaba sus propuestas y oposición a la derecha. Sin embargo, su declaración se encontró con una reacción feroz y sorprendentemente ofensiva.
“Si lo peor que tienen que decir de @AleJacintoUrang es lo grande o pequeña que le queda la ropa es que algo estamos haciendo bien a pesar de su machismo. Indica que en propuestas, soluciones, y oposición a la derecha ha sido la mejor candidata.Ojalá presidas Madrid, compañera”, escribió.
PAM, LOSANTOS Y LA CULTURA DE LA VERGÜENZA CORPORAL
En respuesta a su apoyo público a Jacinto, alguien le retuiteó un video del polémico periodista Jiménez Losantos. En su programa, Losantos profirió una serie de comentarios denigrantes y misóginos, como: “Llega Pam y el último tema de conversación es que quiere que haya más gordas en el Congreso, ¿por qué? La obesidad es una enfermedad”, “Tú estás promoviendo la obesidad, estás promoviendo la enfermedad en los niños”, “Una niña puede pensar que si se pone como tú, como un buque, que va a prosperar en la vida, de gorda comunista”, “‘Es que hay gordofobia’. No, es que estás gorda. (…) Menos BurgerKing y menos piononos”.
Estos comentarios de Losantos representan un punto de vista peligrosamente estrecho y misógino sobre las mujeres en la política, y en particular sobre las mujeres que no se ajustan a las normas tradicionales de belleza.
CONTRAATACANDO A LA CULTURA DE LA VERGÜENZA CORPORAL
En respuesta a los comentarios denigrantes de Losantos, Pam publicó en Twitter: “¿Alguna gorda comunista más por aquí hoy?” Con este comentario, desafió el estigma asociado a su cuerpo y rechazó la noción de que su tamaño tiene alguna relevancia en su capacidad para desempeñar su función política.
Es necesario detenerse y reflexionar sobre cómo los cuerpos de las mujeres políticas se han convertido en un territorio de disputa política. La obsesión con la apariencia física de las políticas es una distracción del debate político real. No importa si la ropa de una candidata le queda grande o pequeña, lo que importa son sus propuestas, sus soluciones y su oposición política.
Además, el discurso de Losantos es un ejemplo del tipo de odio y desprecio que las mujeres políticas tienen que soportar a diario. Su discurso representa un intento de silenciar y desacreditar a las mujeres en la política a través de la vergüenza corporal. Al atacar a Pam de esta manera, Losantos está desviando la atención del contenido político y centrando la discusión en el cuerpo de la mujer.
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