Una creciente resistencia moral contra el genocidio en el corazón de Israel
Un grupo de jóvenes israelíes está desafiando el aparato militar de su país al negarse a participar en el asedio a Gaza. Según un reportaje de CNN, estos jóvenes refuseniks —como se les conoce a los objetores de conciencia en Israel— están eligiendo la prisión antes que convertirse en instrumentos de opresión y violencia.
En el centro de esta resistencia está Itamar Greenberg, un joven de 18 años que ha pasado casi 200 días en prisión por negarse a servir en las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). La decisión de Greenberg no fue impulsiva, sino el resultado de una larga reflexión moral sobre el papel de Israel en el genocidio contra el pueblo palestino. “No necesitamos razones para negarnos. Hay un genocidio,” declaró Greenberg a CNN.
Este acto de insumisión no es solo una decisión política, sino un desafío directo a la estructura social y cultural de Israel, donde el servicio militar es visto como un rito de paso y una obligación patriótica. Desde la infancia, los jóvenes israelíes son preparados para servir en el ejército, con soldados visitando las escuelas para inculcar la idea de que proteger a Israel es un deber ineludible. A los 16 años, reciben su primera orden de reclutamiento y a los 18 deben presentarse para el servicio.
Greenberg ha sufrido las consecuencias sociales de su decisión. Ha sido llamado traidor, antisemita y simpatizante de Hamás, incluso por parte de amigos y familiares. Ha recibido amenazas de muerte y, en prisión, tuvo que ser puesto en confinamiento solitario para protegerlo de otros reclusos. A pesar de esto, Greenberg está convencido de que negarse a participar en la maquinaria de guerra de Israel es la única manera de estar en el lado correcto de la historia.
LA RESISTENCIA DE LOS JÓVENES: ENTRE EL RECHAZO Y EL CASTIGO SOCIAL
El número de jóvenes que rechazan el servicio militar sigue siendo reducido, pero está en aumento. Según la organización Mesarvot, que apoya a los objetores de conciencia, desde el inicio del asedio a Gaza, más de una docena de jóvenes israelíes han rechazado públicamente su alistamiento. Sin embargo, Mesarvot señala que hay muchos más «refuseniks grises», es decir, aquellos que simulan problemas de salud física o mental para evitar el reclutamiento sin enfrentarse directamente al castigo legal y social.
Un informe de la organización Yesh Gvul, también citada por CNN, revela que aproximadamente el 20% de los jóvenes israelíes en edad de servicio militar intentan evitar el reclutamiento cada año, recurriendo a exenciones médicas o de salud mental. Sin embargo, el gobierno israelí no publica cifras oficiales sobre las tasas de rechazo al servicio.
El contexto social de esta resistencia es complejo. La sociedad israelí está profundamente militarizada, y la negativa a servir en el ejército se percibe como una traición al Estado. Sin embargo, el desencanto hacia el gobierno de Netanyahu y la creciente frustración por las consecuencias del asedio a Gaza están alimentando una ola de cuestionamiento entre los jóvenes israelíes.
Lior Fogel, una refusenik de 19 años que también aparece en el reportaje de CNN, obtuvo una exención médica por problemas de salud mental, pero reconoce que su decisión está basada en la convicción política de que el ejército israelí sostiene un sistema de apartheid y opresión sobre la población palestina. “El sistema de apartheid y la opresión sistemática de otro pueblo no solo es inmoral, sino que inevitablemente explotará en nuestras caras,” declaró Fogel.
El impacto del asedio es devastador. Según el Ministerio de Salud palestino, más de 50.000 palestinos han muerto en Gaza desde que comenzaron los ataques israelíes en octubre de 2023. Solo en la última semana, tras la reanudación de los bombardeos después de una frágil tregua, más de 670 personas han sido asesinadas y otras 1.200 heridas. UNICEF estima que más de 14.500 niños palestinos han muerto en el asedio.
El acto de negarse a servir en el ejército no es solo una protesta contra el gobierno, sino también un acto de solidaridad con el pueblo palestino. Iddo Elam, otro refusenik de 18 años que ha cumplido condena en prisión, dijo a CNN: “Prefiero estar en la cárcel que matar niños.”
La resistencia de los refuseniks está creciendo en un momento en el que la sociedad israelí está fracturada por las políticas de Netanyahu. La represión política, el control sobre el poder judicial y la prolongación del asedio están provocando una reacción dentro de sectores de la sociedad que, aunque no se consideran de izquierdas, están comenzando a cuestionar las decisiones del gobierno.
Greenberg y sus compañeros saben que están en minoría, pero creen que su rechazo al servicio militar puede abrir el camino para un debate más amplio sobre el papel del ejército y la ocupación de Palestina. “Si me uno al ejército, seré parte del problema. Prefiero ser parte de la solución,” afirmó Greenberg.
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