Elon Musk está destruyendo el valor de Tesla a golpe de política y declaraciones incendiarias
El colapso de Tesla en los mercados parece imparable. La empresa de coches eléctricos ha perdido un 32,36% de su valor en el último mes y acumula una caída del 50% desde diciembre. El desplome no es solo financiero, es reputacional. JPMorgan ha lanzado una advertencia contundente: «Nunca antes una marca de coches había quemado su reputación tan rápido.» Y el culpable tiene nombre y apellido: Elon Musk.
Elon Musk, que hasta hace poco era la cara del éxito de Tesla, ahora se ha convertido en su peor enemigo. El problema no es técnico ni industrial: las fábricas siguen funcionando y los coches siguen saliendo de las líneas de producción. El problema es político y personal. Musk, con su papel en el Gobierno de Donald Trump y su respaldo a la extrema derecha en Europa, ha provocado un boicot global sin precedentes en el sector automotriz. Y las cifras reflejan el golpe.
EL EFECTO MUSK: DE LÍDER TECNOLÓGICO A CARGA POLÍTICA
Tesla no solo está perdiendo valor en Bolsa; está perdiendo compradores. Según las proyecciones de JPMorgan, las ventas de la compañía caerán entre un 8% y un 28% en el primer trimestre de 2025 en comparación con el último trimestre de 2024. La magnitud de esta caída es inédita en la industria automotriz. Y las razones no tienen que ver con problemas en la cadena de suministro o con la competencia, sino con la figura de Musk y su deriva política.
Musk no solo ha aceptado un cargo en el Gobierno de Trump —es director del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE)—, sino que ha utilizado ese cargo como una plataforma para profundizar en su discurso reaccionario. La imagen de Musk y Trump haciendo publicidad de un coche Tesla en la Casa Blanca ha sido la gota que ha colmado el vaso para muchos consumidores. Tesla ha pasado de ser el símbolo de la innovación tecnológica a convertirse en el estandarte de la agenda ultraconservadora de Trump.
La reacción ha sido inmediata:
- En EEUU, Tesla está perdiendo apoyo entre el sector progresista, que había sido históricamente su base de clientes más fiel.
- En Europa, las declaraciones de Musk atacando a la OTAN y apoyando la invasión rusa de Ucrania han alienado a la opinión pública y provocado un rechazo masivo.
- En China, el coqueteo de Musk con Trump y su discurso nacionalista estadounidense están dañando la posición de Tesla en el mercado automovilístico más grande del mundo.
Ryan Brinkman, analista de JPMorgan, ha sido claro: «Nos cuesta pensar en algo parecido en la historia de la industria automotriz.» Hasta ahora, los boicots a marcas automovilísticas habían sido nacionales y temporales, como el de China a los coches japoneses entre 2012 y 2017. Lo que está ocurriendo con Tesla es global y estructural.
TESLA PERDERÁ SU STATUS DE MARCA DE LUJO
JPMorgan ha rebajado el precio objetivo de las acciones de Tesla a 120 dólares, la mitad de su valor actual. Esto significa que Wall Street ya da por descontado que Tesla dejará de ser una marca de lujo y pasará a competir en el segmento de mercado medio. El daño reputacional es tan grave que los consumidores premium, los que impulsaron el ascenso meteórico de Tesla, están abandonando la marca.
El colapso no es solo económico, es de identidad. Tesla nació como una marca vinculada a la sostenibilidad, a la innovación y a una clientela progresista que veía en el coche eléctrico una declaración política y medioambiental. Musk ha destruido esa narrativa. Al asociarse con Trump y con la extrema derecha, ha convertido a Tesla en un símbolo de polarización y conflicto político.
El mercado está reaccionando en consecuencia:
- Tesla ha caído un 5% este jueves en la apertura de Wall Street.
- La compañía ha perdido la mitad de su capitalización bursátil desde diciembre, lo que equivale a más de 400.000 millones de dólares evaporados en cuestión de meses.
- Las entregas previstas para el primer trimestre de 2025 están muy por debajo de las expectativas iniciales.
Tesla está atrapada en una tormenta política que podría redefinir el mercado del coche eléctrico. Las declaraciones de Musk, sus ataques a la OTAN y su respaldo a la agenda de Trump están alienando a los consumidores que hicieron de Tesla una marca aspiracional. La única salida parece evidente: Musk tiene que marcharse.
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El aviso de un gigante de Wall Street a Tesla: «Nunca antes una marca de coches había quemado su reputación tan rápido»
El ‘efecto Musk’ hunde las ventas y destruye la imagen de Tesla en tiempo récord
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Acción=reacción.
Tesla nunca aparentó ser un coche de lujo, muchas prestaciones deportivas pero el diseño y acabado fue mediocre. LO ÚNICO LUJO ES ES PRECIO