El escritor y periodista Máximo Pradera ha creado un irónico hilo en Twitter sobre la «gente de bien» a la que hizo referencia Feijóo
¿»Gente de bien»? ¿De qué hablamos? ¿Acaso no son todos los ciudadanos y ciudadanas, por definición, personas «de bien»? Es que acaso, ¿hay alguna categoría especial que te convierte en «gente de bien»? Quizás, sea la capacidad de quejarse de todo lo que no te gusta, y más si tiene que ver con la diversidad sexual, la igualdad de género o la protección de los derechos de las minorías. En fin, que el señor Feijóo nos ha dado una lección de lo que significa ser «de bien».
Dejando la ironía a un lado, resulta desolador que algunos políticos se empeñen en utilizar términos como «gente de bien» para referirse a aquellos que piensan como ellos y están en contra de los avances sociales. ¿Acaso los derechos humanos, la igualdad de género, la protección de las minorías o la lucha contra la discriminación no son valores universales que deberíamos defender y promover? ¿Es que acaso hay alguien que se oponga a ser buena persona, a menos que sea por egoísmo, por odio, por miedo o por ignorancia?
Por suerte, en la sociedad española hay cada vez más gente «de bien», que defiende la diversidad, la tolerancia y el respeto hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual, identidad de género, raza, religión o cualquier otra característica. Y es que, como dijo el presidente Sánchez en su respuesta a Feijóo, «el reconocimiento de derechos a minorías no es una molestia para la gente de bien, sino una muestra de civismo, de democracia y de humanidad».
El hilo de Máximo Pradera
Máximo Pradera, periodista y escritor, ha creado un hilo en Twitter sobre el tema con mucha ironía para definir lo que, según él, significa ser «gente de bien». En el hilo, ha desgranado una serie de características de este grupo.
En primer lugar, el requisito fundamental para ser «gente de bien» es tener una interna filipina. Esta afirmación irónica hace referencia a la tradición de contratar a empleadas domésticas procedentes de países pobres y, en muchos casos, sometidas a situaciones de explotación laboral.
Requisitos para ser “gente de bien”.
— Max Pradera ? (@maxpradera) February 22, 2023
1) La interna ha de ser filipina pic.twitter.com/t7hEKgAbOM
Además, para ser «gente de bien» no se puede decir que la interna se encarga de las tareas del hogar, sino que «ayuda en casa», lo que refleja una actitud condescendiente hacia las empleadas domésticas.
Otro requisito imprescindible es tener un chófer, aunque en lugar de referirse a él como tal, se debe decir «el mecánico» o usar la palabra francesa «chauffeur» para demostrar un supuesto refinamiento cultural.
Tendrás chófer, pero dirás “el mecánico” o te referirás a él en francés, nuestro “chauffeur”, pronunciado “shoférg”. pic.twitter.com/Ro788lbHM1
— Max Pradera ? (@maxpradera) February 22, 2023
El número de hijos también es importante en la lista de requisitos. Para ser «gente de bien», nunca se deben tener menos de cuatro hijos, que deberán vestir todos iguales, pero diferenciados por género. Además, se recomienda poner nombres de cierta «distinción», como Jacobo, Jimena, Jacinto y Javiera.
Nunca menos de 4 niños. Ellos vestirán igual pero distinto a ellas, que también llevarán el mismo vestidito.
— Max Pradera ? (@maxpradera) February 22, 2023
Procurarás que sus nombres sean Jacobo, Jimena, Jacinto y Javiera. pic.twitter.com/FTWulPY3Ie
Por último, la primogénita y el benjamín de la familia deben ser aficionados a la hípica, lo que se interpreta como un signo de distinción y exclusividad.
La primogénita y el benjamín serán aficionados a la hípica. pic.twitter.com/buLStof6BL
— Max Pradera ? (@maxpradera) February 22, 2023
Este listado irónico de Máximo Pradera pone de manifiesto la percepción de la sociedad tradicional sobre lo que significa ser «gente de bien». Un estereotipo basado en valores superficiales y arcaicos que, por suerte, cada vez está más en desuso. La ironía y la mala baba de Pradera son una manera de denunciar esta actitud retrógrada y, a la vez, hacer reír al público.
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