Mujica, con 86 años a sus espaldas, muchas vidas ya vividas y muchas batallas ya peleadas, espera a la «vieja inevitable» con toda la alegría que puede tener.
«El balance es que la vida es hermosa a pesar de todas las caídas». Estas palabras de José Mujica, destacado por su pasado guerrillero, tupamaro, que encabezó una vida austera, alejada de lo material y fue presidente durante cinco años de su país, Uruguay, deberían hacer reflexionar al mundo.
La importancia de Mujica para la izquierda es destacable, por eso es necesario atender a sus palabras. Situó al país suramericano en un primer plano mundial por su peculiar manera de expresarse y por las leyes progresistas que se aprobaron durante su mandato, como el aborto o la legalización del consumo de marihuana.
Ahora, Mujica, con 86 años a sus espaldas y muchas vidas ya vividas y muchas batallas ya peleadas, espera a la «vieja inevitable» con toda la alegría que puede tener. ″El balance es que la vida es hermosa a pesar de todas las caídas y cuando llega la vieja esa inevitable le quisiera decir: por favor, doña, siga otra vuelta”, explicó Mujica.

Volver a empezar
Ante la pregunta de un periodista sobre si echaba de menos estar en primera línea de la política del país, fue claro: ”¿Qué voy a extrañar, hermano? Veinte años sintiendo el mismo discurso que me cambian la fecha… Estoy feliz”.
Mujica no quiso desaprovechar la ocasión para lanzar un mensaje para la juventud: “Esto es un consejo para los muchachos: triunfar en la vida no es llegar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae”.
Estas palabras fueron recogidas al recibir en su chacra al ex líder Fernando Pereira, uno de los aspirantes a presidir el Frente Amplio, partido del que era líder el propio Mujica.
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