Pablo Casado sigue inmerso en una estrategia de torpedear la imagen internacional del Gobierno de Pedro Sánchez.
Desde la oposición Pablo Casado se ha visto rebasado por una posición extremista por tal de deteriorar la imagen del Gobierno. En este caso ha acudido a Bruselas para criticar al Ejecutivo.
Cabe recordar los vaivenes posicionales de Casado sobre cualquier tema, que se han basado en contraponer la línea discursiva a la de los dirigentes comandados por Pedro Sánchez.
Pablo Casado tomó este rol durante la pandemia, sobre la que fue dando bandazos y ya instaurado como rutina no ha logrado desprenderse de dicha toxicidad.

Pese al ahínco de los populares Ursula von der Leyen, aseguró que «España ha avanzado lo suficiente en la implementación de su plan nacional de las cuentas Next Generation» y anunció «que será el primer país de la UE en recibir un pago, con valor de 10 mil millones de euros».
Sin embargo, la enajenación ha obnubilado a Casado que pese a la realidad latente ha continuado tratando de seguir su línea más radical.
No es el único. El último movimiento lo ha dado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmando que llevará la gestión al Tribunal Supremo y que también irá a las instituciones europeas.
Tanto ha sido la imagen de abulia y parasitismo que incluso Espinosa de los Monteros ha llamado la atención al líder popular.
Espinosa de los Monteros, en una entrevista en Europa Press, ha pedido al presidente del PP que tenga «cuidado» de «no exagerar» las críticas al Gobierno de Pedro Sánchez en el extranjero.
Este ha advertido que eso puede deteriorar «la imagen de España». De hecho, ha llegado a poner de ejemplo a Felipe González y su estrategia de comunicación sobre los asuntos internos cuando se reunía con líderes internacionales. Ha asegurado que aquello era «una buena política».
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