13 Sep 2024

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El dilema de Spanish Revolution: ¿Abandonar X o quedarse para combatir la desinformación?
DERECHOS Y LIBERTADES, DESTACADA

El dilema de Spanish Revolution: ¿Abandonar X o quedarse para combatir la desinformación? 

¿Podemos permitir que el odio y la desinformación dominen sin resistencia, o debemos estar allí para confrontar y desafiar, incluso en un terreno tan adverso como X?

En un panorama digital cada vez más dominado por la polarización y la manipulación, Spanish Revolution, como medio nativo digital comprometido con la verdad y la justicia social, se enfrenta a una disyuntiva crucial: ¿Deberíamos abandonar X, la plataforma que alguna vez fue un pilar de la comunicación en redes, pero que hoy es un lodazal de desinformación y odio, o debemos mantenernos firmes para combatir las narrativas tóxicas desde dentro? Esta es la pregunta que define nuestro momento.

X: UN ESPACIO INFECTADO

Desde que Elon Musk tomó el control de Twitter, rebautizado como X, el ambiente en la plataforma ha cambiado drásticamente. Lo que antes era un espacio de debate y diálogo se ha convertido en un terreno fértil para la ultraderecha, donde la desinformación, los discursos de odio y el contenido tóxico proliferan sin control. Musk, con su visión de una red social sin filtros, ha permitido que las peores formas de contenido se amplifiquen, erosionando los fundamentos de la verdad y el respeto en el debate público.

Para Spanish Revolution, una plataforma que se enorgullece de luchar contra las injusticias, la decisión de seguir en X no es simplemente una cuestión de presencia digital; es una cuestión de estrategia y principios. Si abandonamos X, corremos el riesgo de ceder terreno a aquellos que buscan manipular la narrativa y distorsionar la realidad para sus propios fines ideológicos. ¿Podemos permitirnos dejar el campo libre a las voces del odio y la desinformación?

¿ABANDONAR X SIGNIFICA RENDIRSE?

El otro lado de la moneda es igualmente poderoso. X, tal como está hoy, representa un entorno tóxico que no solo amplifica el odio, sino que también erosiona la credibilidad de quienes permanecen en él. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, decidió cerrar su perfil en la plataforma, calificándola de “arma de destrucción masiva de nuestras democracias”. ¿Deberíamos seguir su ejemplo y abandonar X para no ser cómplices de la decadencia de la conversación pública?

Para Spanish Revolution, la pregunta es aún más profunda: ¿Qué impacto tendría nuestro silencio en la lucha contra la desinformación y el extremismo? Abandonar X podría enviar un mensaje fuerte sobre nuestros principios, pero también podría limitar nuestra capacidad para llegar a nuestra audiencia y para combatir la narrativa ultraderechista que se ha apoderado de la plataforma. ¿Estamos preparadas para dejar de utilizar una herramienta que, aunque defectuosa, sigue siendo crucial en la batalla por la verdad?

La falta de moderación efectiva, el cambio en los algoritmos que promueven el contenido polarizante, y la eliminación de los controles de verificación han hecho que X sea un lugar más peligroso para la democracia y el debate racional. Un estudio de las universidades de Cornell y California en Berkeley ya ha demostrado que el algoritmo de X, bajo el liderazgo de Musk, amplifica la ira y la hostilidad, mientras que la desinformación ha aumentado un 44% según una investigación del Poynter Institute. Con estos datos en mente, debemos preguntarnos: ¿Es ético seguir apoyando una plataforma que se ha convertido en un vector de desinformación y odio?

NUESTRO ROL EN LA LUCHA CONTRA LA DESINFORMACIÓN

La misión de Spanish Revolution siempre ha sido informar, educar y movilizar a nuestra comunidad para luchar contra las injusticias. En un ecosistema digital tan vasto y variado, concentrarse solo en X sería simplificar el problema. Alvise Pérez y otros propagandistas de la extrema derecha no solo operan en X; utilizan una red de plataformas que van desde Telegram hasta YouTube para difundir sus mensajes tóxicos. La lucha contra la desinformación no puede ganarse en una sola trinchera; requiere una estrategia multifacética que abarque todas las plataformas relevantes.

Pero el poder de X sigue siendo significativo. Como red de influyentes, X es un eslabón crucial en la cadena de comunicación, especialmente para periodistas, activistas y medios de comunicación como el nuestro. El riesgo de abandonar X es que podríamos perder una herramienta valiosa para monitorear y contrarrestar la desinformación en tiempo real. Sin embargo, quedarse también implica estar en el epicentro de una plataforma que ha perdido gran parte de su integridad.

En última instancia, la decisión de Spanish Revolution sobre si seguir en X o no no es solo una cuestión táctica; es una decisión que reflejará nuestra visión de cómo luchar en este nuevo campo de batalla digital. ¿Podemos permitir que el odio y la desinformación dominen sin resistencia, o debemos estar allí para confrontar y desafiar, incluso en un terreno tan adverso como X?

3 Comments

  1. Adhara Domínguez

    Dar el paso de abandonar la red social me parece lo más sensato. De alguna manera hay que demostrar el descontento con lo que sucede con Twitter. Quizá más medios decidan hacer lo mismo y finalmente perderá credibilidad

  2. bernardino

    Las luchas se hacen desde dentro.

  3. Juan Fuentes

    Vuestra permanencia enriquece a Elon.
    No es inteligente librar batallas en terreno enemigo cuando el terreno no es el objetivo de la guerra.

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