George Simion, heredero directo de Calin Georgescu, amenaza con arrastrar al país fuera del eje europeo
Rumanía ha dado un paso más hacia el abismo. George Simion, líder de la ultraderechista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), ha ganado la primera vuelta de las elecciones presidenciales con un 40,32% de los votos, según datos oficiales con el 98% escrutado. Su victoria no es solo una cuestión de urnas: es la enésima resurrección política del ultranacionalismo disfrazado de democracia.
Simion no es un outsider. Es el heredero directo de Calin Georgescu, el candidato cuya victoria en noviembre fue anulada por el Tribunal Constitucional tras detectarse injerencia rusa y financiación opaca . Georgescu fue inhabilitado, pero su ideología tóxica encontró en Simion un nuevo portador. El propio Simion ha prometido seguir sus directrices y devolverle un papel central si alcanza la presidencia .
La repetición electoral del 4 de mayo, convocada tras el escándalo de noviembre, ha sido una farsa democrática. La participación apenas superó el 53%, y aunque el voto exterior aumentó un 27%, con 973.000 papeletas, la desconfianza en el sistema es palpable.
UNA EUROPA EN PELIGRO
La victoria de Simion no es un fenómeno aislado. Es parte de una ola de populismo extremista que amenaza con desmantelar los valores fundamentales de la Unión Europea. Simion, abiertamente euroescéptico y admirador de Donald Trump, se alinea con líderes como Viktor Orbán en Hungría y Robert Fico en Eslovaquia.
Su ascenso pone en jaque la estabilidad de la región. Rumanía, miembro de la UE y de la OTAN, es un pilar estratégico en el flanco oriental de Europa, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania. Una presidencia de Simion podría aislar al país, erosionar la inversión privada y desestabilizar la cooperación militar en la zona .
El segundo lugar en la primera vuelta lo ocupa Nicușor Dan, alcalde independiente de Bucarest, con un 20,75% de los votos, apenas por delante del proeuropeo Crin Antonescu, que obtuvo un 20,51% . Ambos representan la última barrera frente al avance del autoritarismo. Dan ya ha anunciado que, de no pasar a la segunda vuelta, apoyará sin condiciones al candidato proeuropeo que lo haga.
La comunidad cultural rumana también ha alzado la voz. Escritores, cineastas e historiadores han publicado una carta abierta instando a votar por un candidato proeuropeo para frenar el avance de la ultraderecha .
El 18 de mayo, Rumanía se enfrenta a una elección crucial. No se trata solo de elegir un presidente, sino de decidir si el país sigue en el camino de la democracia y la integración europea o cae en las garras del populismo autoritario. Europa debe estar atenta. Lo que está en juego no es solo el futuro de Rumanía, sino el de todo el continente.
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