El primer ministro, Justin Trudeau, y su familia se vieron obligados a abandonar el sábado su casa en Ottawa por motivos de seguridad
Toda esta semana camioneros y antivacunas se unieron al llamado «Tren de la Libertad» (Freedom Convoy) y paralizaron la capital canadiense, Ottawa, para protestar contra la vacunación obligatoria a los camioneros que cruzan la frontera entre Estados Unidos y Canadá y en la que reclaman también poner fin a las restricciones de vacunación en todo el país.
El gobierno de Justin Trudeau presentó una orden de vacunación el pasado 15 de enero que requeriría que los camioneros canadienses que no estén vacunados tengan que estar en cuarentena una vez que regresen a casa tras cruzar la frontera.
La Policía inició varias investigaciones después de la «profanación» de varios monumentos en la capital; el comportamiento amenazante, ilegal e intimidante hacia los agentes, trabajadores de la ciudad y otras personas; los daños a un vehículo y la aparición de banderas con esvásticas e imágenes de una mujer bailando sobre la tumba de un soldado desconocido.

En otras partes de la ciudad, los camioneros bloquearon las calles que rodean el edificio del Parlamento. Jim Watson, alcalde de Ottawa, señaló que algunos manifestantes acosaron al personal de un comedor de beneficencia, exigiendo comidas gratis después de que los restaurantes se negasen a atenderlos por no querer llevar mascarilla en el interior de los establecimientos.
El sábado, Trudeau y su familia se vieron obligados a abandonar su casa en Ottawa por motivos de seguridad. Trudeau tachó estas manifestaciones de «inaceptables» y reiteró que «deben vacunarse o dejar de cruzar la frontera». En su opinión, «los canadienses se preocupan por su libertad, por sus derechos, y saben que la mejor manera de protegerlos es acabar con esta pandemia».
La protesta recibe cierto apoyo de los políticos conservadores
A pesar de que los canadienses apoyan la vacunación y más del 80% de la población está completamente vacunada, la protesta ha recibido cierto apoyo de los políticos conservadores al considerarla un «símbolo de la fatiga y la división” que se siente en Canadá tras dos años de pandemia.
La Canadian Trucking Alliance estima que entre el 85 y el 90% de los 120.000 camioneros canadienses que trabajan en rutas transfronterizas están vacunados, por lo que parece que muchos de los manifestantes del sábado en Ottawa no tenían conexión con la industria.
La industria debe adaptarse al mandato si no quiere que la medida elimine hasta 16.000 conductores de esas rutas, algo que podría agravar todavía más los problemas existentes en la cadena de suministro.
Canadá está lidiando con una inflación creciente y una cadena de suministro ya tensa por la pandemia, la escasez de mano de obra y el mal tiempo y depende en gran medida de los hombres y mujeres que transportan la gran mayoría de los alimentos y bienes que se consumen en el país al otro lado de la frontera.
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