La campaña política de Ayuso basada en la libertad encaja como un guante en el fascismo francés.
Isabel Díaz Ayuso: «La libertad es elegir un colegio, algo que no ocurre en todas las comunidades autónomas» (…) «Aquí te permiten elegir lo que quieras, cuando quieras. Y el niño del barrio más humilde puede ir a la otra punta si así lo consideran sus padres, porque les gusta ese colegio más». Este es el resumen de la campaña electoral de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pero por mucho que Ayuso se empeñe, no hay democracia plena sin libertad. Ni tampoco hay democracias plenas con libertades absolutas. «Se puede ser una democracia plena y no ser libre. Puede haber democracia y puede no haber libertad».
Libertad, dijo. La libertad mal entendida, más que libertad, liberalismo. Sin embargo, la estrategia le funcionó y, a pesar de lo populista de la propuesta, la apuesta ha sido tremendamente eficaz. De ello han tomado los más cercanos ideológicamente: la extrema derecha.

La libertad de Le Pen
Uno de estos afines ultra es la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, que ha sacado un nuevo cartel para su candidatura a intentar luchar de nuevo por la presidencia las elecciones francesas de 2022.
Le Pen ha optado por una foto suya sonriente con el lema “libertades”. De esta forma, parece prescindir de las siglas de su partido Reagrupación Nacional (RN) y opta por el mensaje de Ayuso para llegar a sus votantes ultras. Llamativo, cuanto menos.
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