El 26 de febrero de 1991, miles de iraquíes—soldados desarmados, civiles, familias enteras—intentaban huir de Kuwait. La ONU había ordenado su retirada, pero EE.UU. decidió convertir la carretera en un matadero. Durante 10 horas, la aviación estadounidense bombardeó sin piedad, carbonizando cuerpos, destrozando vidas, fusilando a quienes se rendían. Se estima que hubo entre 10.000 y 15.000 muertos, y ni un solo juicio por este crimen de guerra. Así es como la «democracia» de EE.UU. impone su orden: con fuego, destrucción y total impunidad.
No quieren que recuerdes este capítulo, pero aquí estamos para contarlo.
Related posts
La “Fundación Humanitaria de Gaza”: mercenarización y campos de concentración en la estrategia sionista de desplazamiento forzado
Por Manu Pineda La creación de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) en febrero de 2025 representa un hito perverso en la instrumentalización de la ayuda como arma de guerra. Bajo la fachada del reparto de alimentos, esta organización —dirigida por exagentes de inteligencia estadounidenses…
Cómo te venden la moto: la criminalidad baja, pero el miedo cotiza al alza
El delito cae, pero la histeria mediática se dispara. El problema no es la inseguridad, es quién gana sembrándola.
El Mar Menor hierve y nadie mueve un dedo: 32 grados, nitratos y complicidad criminal
La laguna agoniza mientras políticos, regantes y especuladores siguen llenándose los bolsillos.
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos