22 Nov 2024

Blog

Por la boca muere el pez: las mayores meteduras de pata de Feijóo
Javier F. Ferrero, PRINCIPAL

Por la boca muere el pez: las mayores meteduras de pata de Feijóo 

La política, ese escenario donde las luces y sombras se entrelazan, nos ha regalado momentos que oscilan entre lo cómico y lo trágico. Y en ese teatro, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha demostrado ser un actor principal en la comedia de errores. Su reciente desliz verbal, donde terminó dándole la razón a Sánchez sin querer, es solo la punta del iceberg de una serie de meteduras de pata que han marcado su trayectoria política. Pero, ¿qué hay detrás de ese nerviosismo evidente que mostró ayer en Onda Cero? Vamos a repasar algunas de sus “joyas”.

No es la primera vez que Feijóo se encuentra en el ojo del huracán por sus palabras. Ya en su etapa en Galicia, recibía críticas por su nivel de gallego y protagonizó varias controversias, como cuando se refirió a los jueces como “fachas con toga“. Pero no solo se trata de deslices verbales. Desde las fotos con Marcial Dorado hasta insinuaciones machistas contra líderes de la oposición, pasando por la Gürtel, su historial está plagado de episodios cuestionables.

Más allá de las palabras, las acciones de Feijóo también han sido objeto de críticas. Su postura sobre temas sensibles, como cuando minimizó la gravedad de las violaciones y abusos sexuales, ha generado indignación y rechazo. Además, su acusación al Gobierno de actuar como un “régimen totalitario” por su trato al PP, muestra una visión polarizada y extremista de la política.

El nerviosismo de Feijóo no es más que el reflejo de una carrera política marcada por desaciertos, polémicas y decisiones cuestionables. En lugar de aprender de sus errores, parece empeñado en repetirlos, dejando en evidencia su falta de preparación y visión política. Las y los ciudadanos merecen líderes que estén a la altura de las circunstancias, y no políticos que se conviertan en el hazmerreír de la nación. Es hora de que Feijóo reflexione sobre su trayectoria y decida si quiere seguir siendo recordado por sus “cagadas” o si, por el contrario, está dispuesto a enmendar su rumbo.