Pedro Sánchez y Margarita Robles han adoptado una postura abiertamente militarista, abandonando sus anteriores ideales de paz y diálogo que mostraron desde la oposición. Ahora respaldan a las empresas armamentísticas, ignorando las consecuencias devastadoras que generan, tanto en términos de pérdidas humanas como de sufrimiento.
Ambos están actuando como títeres de Estados Unidos, sacrificando la seguridad de la ciudadanía para beneficiar a una élite privilegiada. Este patrón se repite históricamente: se lleva la situación al límite, se manipula a través de los medios de comunicación y se desata la guerra en nombre de intereses económicos disfrazados de defensa democrática.
Jimmy Dore expresó de manera contundente esta realidad en un programa televisivo, destacando cómo cada conflicto bélico se convierte en una oportunidad de negocio para unos pocos, sumiendo a la población en la miseria y la desesperación.
Es crucial rechazar esta trampa y decir NO A LA GUERRA.
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