El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se retractó este jueves sobre el uso de la cloroquina para contrarrestar el coronavirus.
Por primera vez desde el inicio de la pandemia Jair Bolsonaro se ha retractado sobre el uso de la cloroquina, aceptó que el medicamento puede ser un placebo contra el covid y dijo: “Por lo menos no maté a nadie”.
Durante todo este tiempo Bolsonaro se convirtió en uno de los más acérrimos defensores de la cloroquina e incluso llegó a afirmar que el la tomó cuando estuvo contagiado.
“Puede que allí enfrente digan que la opción (de la cloroquina) es cero, que es un placebo. Todo bien, paciencia, me disculpo, chao, por lo menos no maté a nadie”, dijo por un vídeo en directo en redes sociales.
“Fue tal la obsesión del mandatario con la cloroquina que ordenó su fabricación en masa y el antipalúdico forma parte de un grupo de medicinas que el Ministerio de Salud ha determinado que se apliquen a pacientes de coronavirus”, ha expuesto El Confidencial.
Según datos oficiales, el Gobierno ha gastado ya más de 100 millones de reales (cerca de 20 millones de dólares) tanto en hidroxicloroquina como en otros medicamentos de cuya eficacia ante el coronavirus duda buena parte de la comunidad científica.
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