Hipocresía pura: Wolfgang Kiessling, presidente de Loro Parque, critica duramente a ecologistas y defensores de los animales utilizando argumentos que no solo carecen de base lógica, sino que también demuestran una alarmante desconexión con los imperativos éticos y ambientales que una socidad moderna y democrática requiere. Al beneficiarse de generosas subvenciones públicas y ventajas fiscales, mientras simultáneamente acusa a los grupos de protección animal de ser meramente lucrativos, Kiessling revela una total falta de integridad y responsabilidad social.
Sus intentos por manchar la reputación de los defensores de los animales, sugiriendo que sus preocupaciones no son genuinas, son tácticas de desinformación baratas. Estas acciones no solo desacreditan su propia credibilidad, sino que también subrayan su falta de compromiso con la ética y el bienestar animal. La defensa de Kiessling de un modelo de negocio basado en la explotación evidencia su disposición a priorizar el lucro sobre la moralidad.
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