El verdadero significado de la libertad, según Julio Anguita, se aparta significativamente de la visión que promueve Isabel Díaz Ayuso y el Partido Popular. Para Anguita, hablar de libertad implica considerar un concepto amplio y profundo. La libertad, en su visión, es tener una «conciencia libre», lo cual no es lo mismo que simplemente tener «libertad de conciencia».
Anguita enfatiza que para ser verdaderamente libres, las personas deben estar bien informadas, educadas, y tener cubiertas sus necesidades más básicas como alimentación, techo y vestimenta. Solo cuando estas necesidades fundamentales están satisfechas, una persona puede comenzar a pensar y actuar como un ser verdaderamente libre.
Esta perspectiva se opone a la visión de libertad promovida por Ayuso y el PP, una libertad liberal basada y populista, que no toma en cuenta las condiciones materiales y sociales que permiten a una persona ejercer esa libertad de manera efectiva. Anguita argumenta que si una persona tiene que luchar constantemente por empleo y sustento, su capacidad para actuar libremente está seriamente comprometida. Según el histórico político de Izquierda Unida, no se puede considerar a una persona verdaderamente libre si sus decisiones y acciones están motivadas por la necesidad de supervivencia y no por una elección genuina. Te echamos de menos, Julio.
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
El mito de la incorruptibilidad: Feijóo y la memoria selectiva
Quien presume de pulcritud en la política española debería primero limpiar su propia casa. Y revisar su álbum de fotos.
El extraño mediador que ama las guerras
Trump juega a la paz mientras alimenta la maquinaria de muerte en Oriente Medio
Irán afirma que tiene “pruebas sólidas” del apoyo de Estados Unidos en la ofensiva israelí
Teherán acusa a EE.UU. de coautoría en la ofensiva israelí mientras las bombas arrasan su infraestructura civil y científica
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos