Necesitamos enfrentarnos al blanqueamiento de discursos que amenazan los principios de una sociedad respetuosa
El cambio del panorama mediático en los últimos años ha llevado a una discusión sobre la naturaleza de los programas de entretenimiento y su papel en la difusión de narrativas y discursos. Uno de los programas que ha estado en el centro de esta controversia es «El Hormiguero», un espacio que comenzó como un lugar para la diversión y que se ha convertido en un escenario donde, a veces, se normalizan posturas y discursos tanto de derecha como de extrema derecha.
EL HORMIGUERO Y SU TRANSFORMACIÓN
Personalidades como Juan del Val o Frank Cuesta han utilizado este espacio para emitir críticas abiertas hacia la izquierda y el actual gobierno de coalición. Estas actitudes han suscitado preocupaciones sobre cómo estas narrativas sesgadas e ideologizadas se convierten en la norma. La necesidad de que la resistencia y el disenso se conviertan en la nueva normalidad es más relevante que nunca.
La respetada actriz Mónica López se ha destacado por negarse a aparecer en «El Hormiguero», prefiriendo mantener su integridad en lugar de ganar una mayor exposición mediática. «Ese señor blanquea el fascismo y blanquea gente impresentable«, dijo, refiriéndose al presentador del programa. «A ese señor le importa un pimiento que vaya yo«, añadió, haciendo hincapié en su decisión de no participar en el programa.
EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Su valiente postura no sólo desafía las decisiones y la dirección de «El Hormiguero», sino que también plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad de los medios de comunicación y la industria del entretenimiento en general. Estamos en un momento crucial en el que necesitamos enfrentarnos al blanqueamiento y la trivialización de discursos que amenazan los principios de una sociedad equitativa y respetuosa.
El humorista Ignatius Farray lo expresó de una manera muy perspicaz al decir: «La fortaleza de un movimiento social se mide por el volumen de estupidez que es capaz de absorber y aglutinar«. En este caso, es necesario resistir ante los intentos de algunos sectores de simplificar y trivializar la lucha por una cultura más justa y equilibrada.
Related posts
SÍGUENOS
Las horas más bajas de Ursula
Dos bloques opuestos han coincidido en algo: pedir la cabeza de Ursula von der Leyen. Y no es una pataleta: tienen 72 firmas, el mínimo legal para forzar el debate.
Vox y la violencia que nunca quiere ver
El alcalde de Villacastín, detenido por agredir a su mujer en plena romería Otra vez Vox. Otra vez la violencia que su discurso niega mientras se enquista en sus filas. Julio César Sánchez, alcalde del partido ultra en Villacastín (Segovia), fue detenido por la Guardia…
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Vídeo | Marina Lobo: Madrid paró La Vuelta y tumbó el blanqueo de Israel
Marina Lobo lo dijo sin rodeos: lo que pasó ayer en Madrid fue histórico. Mientras el mundo miraba para otro lado, la última etapa de La Vuelta a España se detuvo en seco por las protestas masivas contra el genocidio en Gaza. Una marea ciudadana…
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.