La cantante ecuatoguineana-española Concha Buika se enfrentó al desafío de conciliar la historia que le enseñaban en la escuela en España con las historias y recuerdos de su familia en Guinea Ecuatoria
En un mundo donde los poderosos manejan los hilos, la «verdad» se convierte en un producto moldeable. Los que tienen el control definen qué es real y qué no, dejando a un lado voces e historias que no se ajustan a su narrativa.
De niña, la cantante ecuatoguineana-española Concha Buika se enfrentó al desafío de conciliar la historia que le enseñaban en la escuela en España con las historias y recuerdos de su familia en Guinea Ecuatorial. Su experiencia demuestra cómo la versión oficial de la historia a menudo es moldeada por el poder, no necesariamente por los hechos. Hoy, Buika nos comparte su perspectiva única, llevándonos a reflexionar sobre cómo la verdad puede ser silenciada y cómo nuestras raíces culturales influyen en nuestra comprensión del mundo.
En un tiempo en el que la realidad parece tan fácilmente manipulable, las palabras de Concha nos recuerdan la importancia de cuestionar lo que nos cuentan. No podemos aceptar ciegamente la versión de los hechos que se nos presenta. Debemos buscar, cuestionar, y encontrar nuestra propia verdad, incluso cuando sea incómodo o impopular hacerlo. Porque, en el fondo, la verdad puede ser mucho más compleja de lo que parece a simple vista y la historia de nuestro país es muy oscura.
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