El Estado israelí convierte en rehenes a quienes se atreven a denunciar su genocidio. Europa y Brasil miran hacia otro lado.
ISRAEL ENCIERRA EN CELDAS INMUNDAS A QUIENES DEFIENDEN LA VIDA
El “delito” de Rima Hassan y Thiago Ávila fue intentar llevar harina y medicamentos a Gaza. El castigo: aislamiento penitenciario en celdas sin ventanas, con chinches, agua no potable y tortura psicológica. Así actúa el autodenominado “único Estado democrático de Oriente Medio” cuando alguien osa romper el cerco del hambre.
El mundo calla. Europa calla. Brasil calla. Pero desde dos prisiones israelíes, una eurodiputada y un activista brasileño nos están gritando con la fuerza de los cuerpos que resisten: Palestina no está sola.
ASALTO ILEGAL, DETENCIÓN ILEGAL
El lunes de madrugada, el Ejército israelí interceptó el barco Madleen en aguas internacionales. Lo abordaron con helicópteros y comandos armados. La nave formaba parte de la Flotilla de la Libertad y transportaba ayuda humanitaria: sacos de harina y medicinas. A bordo: doce activistas de distintas nacionalidades.
Cuatro aceptaron deportación forzosa, entre ellas Greta Thunberg y el español Sergio Toribio. Ocho se negaron a firmar el chantaje israelí: fueron arrestadas y arrestados y trasladados a diversas prisiones del régimen.
Entre ellas y ellos, dos casos se han convertido en símbolo:
Rima Hassan, eurodiputada francesa, feminista y activista por los derechos humanos. En su celda escribió Palestina Libre en la pared. El aparato represivo israelí no soporta los símbolos: fue enviada como represalia a la prisión de Neve Tirza, en aislamiento total. Celda sin ventanas. Sin patio. Chinches. Agua no potable. Degradación como método de castigo. Ha sido devuelta a Givón, pero sigue bajo detención arbitraria.
Thiago Ávila, activista brasileño por el clima y los derechos humanos. Tras su detención inició una huelga de hambre y sed como forma radical de protesta. Israel respondió con más represión: lo trasladó a la prisión de alta restricción de Ayalon, donde sufre maltrato psicológico constante.
Ambos, Rima y Thiago, son ahora rehenes políticos. La solidaridad internacional criminalizada.
DOS NOMBRES, DOS LUCHAS
Rima Hassan es mucho más que una eurodiputada. Nacida en un campo de refugiados, jurista, feminista, comprometida con la causa palestina. Desde su elección en junio de 2024 ha convertido la denuncia del genocidio en Gaza en el centro de su agenda política. Su gesto en prisión, escribir Palestina Libre, ha encendido todas las alarmas del régimen israelí. Encarcelar a una representante electa de la Unión Europea es un acto de barbarie.
Thiago Ávila es conocido en Brasil por sus campañas contra la destrucción de la Amazonia y por la justicia social. Activista incansable, feminista, internacionalista. Su huelga de hambre y sed es un grito de dignidad frente al secuestro del Madleen y el intento de borrar la solidaridad global con Palestina.
Ambos representan a esa parte del mundo que aún se niega a aceptar el silencio cómplice.
CÁRCELES DE LA VERGÜENZA
Las condiciones de aislamiento a las que han sido sometidos son una violación flagrante del derecho internacional:
- Celda de Rima: sin ventanas, sin acceso a patio, chinches, agua no potable, condiciones insalubres.
- Celda de Thiago: prisión de alta restricción, aislamiento, tortura psicológica, huelga de hambre y sed en curso.
El Comité Internacional de la Cruz Roja y Naciones Unidas han condenado reiteradamente estas prácticas. Israel las perpetra con total impunidad.
UN BLOQUEO ILEGAL Y UN MUNDO CÓMPLICE
El asalto al Madleen fue una operación de piratería en aguas internacionales, contraria al derecho marítimo. La Flotilla transportaba ayuda humanitaria destinada a romper un bloqueo que Naciones Unidas califica de ilegal.
Israel detuvo a ciudadanas y ciudadanos de Francia, Brasil, Alemania, Turquía y Países Bajos. ¿Su crimen? Intentar entregar alimentos y medicinas a una población asediada.
Mientras tanto, en Gaza, la catástrofe humanitaria se agrava: 57 personas asesinadas en un solo día mientras recogían comida en una distribución organizada por GHF, un grupo que Israel utiliza para blanquear su control sobre la ayuda.
El cinismo es total: se mata a quienes intentan alimentar a los hambrientos, se encarcela a quienes quieren romper el bloqueo.
SOMOS TODAS Y TODOS RIMA Y THIAGO
Que Europa permanezca en silencio mientras una eurodiputada es aislada en una celda por escribir Palestina Libre es una vergüenza histórica que mancha la credibilidad de todo el Parlamento Europeo.
Que Brasil no exija de inmediato la liberación de su ciudadano es una claudicación moral intolerable.
Pero ni Rima ni Thiago callan. Desde dos celdas inmundas, desde el corazón de la represión israelí, gritan lo que demasiados gobiernos callan:
Palestina resiste. La solidaridad no se encarcela. Los muros no podrán tapar la verdad. Israel comete crímenes de guerra y persigue a quienes los denuncian.
Hoy, todas y todos somos Rima. Hoy, todas y todos somos Thiago.
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