Qatar se está haciendo inmensamente rico este año, mucho más de lo que ya era. Lo que es una desgracia para unos es beneficio para otros
El fútbol y el gas natural, un combustible cada vez más indispensable, pueden tener poco en común, pero se están uniendo para hacer a Qatar de oro. El aumento de los precios del petróleo debido a la guerra en Ucrania ha impulsado a los productores de Medio Oriente como Arabia Saudita y Kuwait, pero las recompensas financieras y geopolíticas que se ofrecen para Qatar lo convierten en el ganador después de que la invasión de Vladimir Putin haya obligado a Europa a comenzar a dejar de importar energía rusa.
El pasado mes de marzo se conocía la noticia de que BP y Shell decidieron deshacerse de sus participaciones en varios proyectos con algunos de los gigantes energéticos rusos. Pero hay varios divorcios más de empresas occidentales como la francesa TotalEnergies que anunció que no realizará nuevas inversiones, pero no habló de cortar las ya existentes.
Algunos gigantes del sector en EEUU como Exxon están en el punto de mira y hay presiones para que abandone también sus alianzas con empresas rusas, mientras que Chevron solo ha dicho que está monitorizando la situación. Por su parte, la noruega Equinor también ha anunciado que abandona sus posiciones en Rusia.
2022 no será solo el año en que Qatar deje su huella en el calendario deportivo sino que el ser un proveedor del codiciado gas para reemplazar al gas natural ruso dará al estado del Golfo una influencia real.
La urgencia de que se necesita su gas lo antes posible se agudizó esta semana después de que Rusia cortase los suministros a Polonia y Bulgaria. Por ello, varios de los más altos funcionarios de la Unión Europea han volado a Doha para transmitir dicho mensaje.
Según cálculos de Bloomberg, las exportaciones de energía de Qatar ya debían alcanzar los 100.000 millones de euros este año por primera vez desde 2014, lo que le permitirá gastar más en los mercados bursátiles mundiales y en la consecución de sus objetivos de política exterior, principalmente a través de su fondo de riqueza soberana de 450.000 millones.
Además, Qatar también podría utilizar el fondo para promover sus objetivos regionales. El mes pasado, el gobierno prometió inversiones por valor de 5.000 millones de euros en Egipto. Eso fue parte de un plan de los estados del Golfo para apoyar al país del norte de África, que se ha visto golpeado por un aumento en los precios de los alimentos desde que comenzó la guerra de Ucrania.
Qatar no puede satisfacer las necesidades de Europa
Por ahora, Qatar no puede producir lo suficiente para satisfacer las necesidades de Europa, que obtiene alrededor del 40% de su gas de Rusia. Más del 80% de los cargamentos del productor estatal Qatar Energy van a Asia tras contratos de varios años que no cancelará para desviar suministros a Europa.
Morgan Stanley espera que el giro de Europa desde la energía rusa estimule un aumento del 60% en el consumo mundial de GNL para 2030. La UE se ha embarcado en una estrategia múltiple para adquirir mucho más GNL y gas canalizado desde fuera de Rusia. Alemania se comprometió a construir sus primeras terminales de importación de GNL y países como Estonia también están buscando nuevas instalaciones.
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