Frente a las especulaciones del peligro nuclear se ha extendido el debate a la población civil.
Después de formalizarse y noticiarse una batalla en los aledaños de Zaporiyia, la Central Nuclear más grande de Europa, se ha especulado sobre el posible riesgo latente.
No obstante, los tambores de desastre nuclear venían de antes, el 24 de febrero, por ejemplo, los enfrentamientos en torno a la Central de Chernobil ya despertaron fantasmas del pasado.

Tras ello desde el mismo Gobierno de Ucrania se ha alertado sobre el posible riesgo que puede acarrear la guerra en este sentido.
Según el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, un desastre en Zaporiyia podría ser «10 veces más grande» que el de Chernóbil.
Por el momento, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), de la mano de Rafael Grossi en una rueda de prensa, ha expresado que «es importante decir que todos los sistemas de seguridad de los seis reactores en la central no se han visto afectados en absoluto. No ha habido una liberación de material radiactivo», ha afirmado este viernes en una rueda de prensa el director de este organismo, Rafael Grossi.
Grossi también ha asegurado que los sistemas de supervisión de Zaporiyia «están funcionando en su totalidad».
En este contexto, alentado por los medios, se ha comenzado a barajar la posibilidad de un desastre nuclear, un desastre atómico, pero ¿qué dicen los expertos?
Diversos expertos han expuesto que las centrales nucleares no pueden explotar de la misma forma que lo hacen las bombas nucleares. Las centrales usan entre un 3 y un 5% de U-235 (un isótopo del uranio lo suficientemente inestable como para someterlo a fisión nuclear).
De este modo, aluden, un ataque que tumbara el sistema de refrigeración y provocara la fusión del núcleo podría liberar gran cantidad de material radioactivo al medio ambiente, pero para ello deberían de comprometerse el enorme conjunto de medidas de seguridad y, más concretamente, debería de destruirse el edificio de contención.
Esto, exponen desde Xataka, no puede llevarse a cabo con «uno o varios misiles».
La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer M. Granholm, se apresuró a explicar durante la noche que los reactores «están protegidos por estructuras de contención robustas».
Por ejemplo, las centrales nucleares están diseñadas de tal forma que, incluso ante la hipótesis de un accidente aéreo o un terremoto importante, los reactores estarían protegidos.
«¿Cómo podemos estar seguros de que todo está bien? Por el momento, los niveles de radiación no han dado señales de alarma, ya que no se ha producido ningún cambio. Todos los países tienen una red de vigilancia radiológica que informa continuamente de los niveles de radiación ambiental y se comparten a través de la Plataforma Europea de Intercambio de Datos Radiológicos (EURDEP). En España, esta labor la lleva a cabo el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que cuenta con estaciones de medición en todo el territorio nacional», explican desde El Confidencial.
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