Casado pecó de hipócrita al señalar al PP como “pionero en la defensa del medio ambiente” y fue humillado por ello desde Vigo
El camionero gallego conocido en Facebook como Basilio Vigo Punki, que cada día se va ganando un espacio más amplio en redes por su cercanía y sinceridad sin pelos en la lengua, está teniendo estos días una gran difusión en Twitter gracias a la respuesta que le ha dado a Pablo Casado, líder del PP.
Casado publicó un mensaje en el que, desde la más pura hipocresía de un partido que tiró abajo Madrid Central, reivindicaba al Partido Popular como un gran defensor del medio ambiente.
“El PP es pionero en la defensa del medioambiente con el primer ministerio y la firma de Kyoto, París y ODS”, señalaba Casado, que añadía en su tuit que “hay que combatir el cambio climático sin disparar el precio de la energía ni destruir empleo y usar fondos europeos para impulsar un Plan Agua”.
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Tras ese mensaje, Basilio ha replicado con brevedad: “Pero si le pusisteis un impuesto al Sol”.
Pero si le pusisteis un impuesto al Sol????
— Bulldog Punk (@bulldog_punk) June 5, 2021
El impuesto al sol
El peaje de respaldo, conocido popularmente como ‘impuesto al sol’, tuvo desde su nacimiento el 9 de octubre del 2015 una vida polémica. Nacido en el seno del PP y auspiciado por el lobby empresarial, cuatro meses después de la llegada del PSOE al Gobierno, Teresa Ribera le ponía punto y final en su primer decreto-ley al frente del ministerio de Transición Ecológica.
Fue un gravamen ideado por el entonces ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que obligaba a los autoconsumidores de renovables, es decir, a aquellos que consumían la electricidad que ellos mismos producían a pagar una cuantía para contribuir al sistema eléctrico.
Soria convenció a muy pocos, y de lo que sí estaban convencidos sus detractores es de que se trataba de un impuesto para que las eléctricas no perdiesen dinero. El desencuentro fue tal que llegó incluso hasta el Tribunal Supremo a través de la Asociación Nacional de Productores e Inversores de Energías Renovables (Anpier), aunque la demanda quedó en nada.
El impuesto al sol provocó que la gente no autoconsumiese por miedo al coste. Además, el papeleo necesario y las dificultades para hacerlo de manera comunitaria provocaron que en España solamente haya mil instalaciones, frente al millón que hay en Alemania.
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