La Fiscalía señala un presunto soborno en las redes empresariales vinculadas a la pareja de Ayuso y Quirón
El Ministerio Público ha puesto la lupa sobre una red de corrupción que podría salpicar directamente a los entornos cercanos de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Medio millón de euros por una empresa sin actividad aparente, pagos encubiertos y operaciones fiscales sospechosas apuntan a una grave corrupción en los negocios.
Alberto González Amador, pareja de Ayuso, aparece en el centro de una operación en la que figura la compra de Círculo Belleza SL, una sociedad sin activos ni empleados, propiedad de Fernando Camino, presidente de Quirón Prevención. La transacción, realizada a finales de 2020 por un total de 499.836,92 euros, carece de justificación económica según la Fiscalía. Un portátil y unos aparatos de depilación amortizados componían los escasos activos de la empresa.
Estos movimientos sucedieron tras el pelotazo de dos millones de euros en comisiones que González Amador obtuvo durante la pandemia al intermediar en la venta de mascarillas. Gracias a esta operación, su consultora, Maxwell Cremona, pasó de facturar poco más de 350.000 euros a más de 2,3 millones en 2020. Sin embargo, los beneficios declarados apenas superaron los 8.000 euros, desatando las alarmas en Hacienda.
La Fiscalía ha señalado que la adquisición de Círculo Belleza SL sirvió como “sociedad interpuesta” para simular servicios inexistentes con Quirón y reducir la carga fiscal del empresario. No se descarta la existencia de una organización criminal tras la trama.
EL LAVADO DE DINERO Y LOS BENEFICIOS DEL PELIGROSO JUEGO DE INFLUENCIAS
Pagos sospechosos, contratos ficticios y la utilización de empresas pantalla configuran un esquema que, según la Fiscalía, apunta a un soborno encubierto. Entre 2019 y 2020, González Amador desembolsó al menos 26.000 euros a otras dos empresas de Camino por supuestos servicios de asesoramiento y publicidad. Entre estos pagos se incluye el renting de un BMW a nombre de la esposa de Fernando Camino durante 2021.
La relación entre González Amador y Quirón se remonta a años atrás, consolidada a través de consultorías gestionadas desde Fraterprevención, una mutua adquirida por el gigante sanitario en 2015. Los vínculos con paraísos fiscales también están presentes: Camino constituyó una sociedad en Panamá administrada por González Amador durante el periodo investigado por Hacienda.
A estas irregularidades se suman transacciones inmobiliarias relacionadas con el entorno de Ayuso. La pareja presidencial disfruta de un ático en Chamberí adquirido por una empresa de reciente creación, financiada por un préstamo de casi un millón de euros de origen desconocido. El administrador de esta sociedad es, además, el fiscalista que representó a González Amador en su litigio con Hacienda.
El caso no solo revela un uso sistemático de estructuras empresariales opacas y prácticas de evasión fiscal, sino también una relación directa entre estos mecanismos y el enriquecimiento personal de la pareja de la presidenta madrileña.
La investigación continúa, pero el panorama es claro: corrupción, privilegios y favores empresariales están más vivos que nunca en los entornos de poder.
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