En un intento de manipulación política, el ex presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no dudó en utilizar la tensa situación en Gaza para intentar desacreditar a su oponente, Lula da Silva, asociándolo con Hamás y, por ende, con el terrorismo. «Por respeto y admiración al pueblo de Israel repudio el ataque terrorista de Hamás, grupo terrorista que felicitó a Luís Inácio Lula da Silva cuando el Tribunal Superior Electoral le anunció como vencedor de las elecciones de 2022». Esta declaración, cargada de insinuaciones, no solo pone en duda la victoria electoral de Lula, sino que también busca fortalecer su alianza con Israel, en un momento en que el gobierno brasileño intenta mediar en la ONU.
Bolsonaro, en su afán de desviar la atención de los escándalos que lo rodean, ha decidido jugar la carta de la «defensa de Occidente», insinuando que Hamás, Hezbolá y el Gobierno de Lula están conspirando contra él. Sus publicaciones en redes sociales, plagadas de banderas israelíes, son un intento desesperado de ganar apoyo, concluyendo con exclamaciones como «¡Que Dios bendiga Israel, Occidente y Brasil!».
LA ALIANZA BOLSONARO-NETANYAHU: UNA RELACIÓN DE CONVENIENCIA
La relación entre Bolsonaro y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aunque breve, ha sido intensamente simbiótica. Desde el inicio de su mandato, Bolsonaro ha buscado estrechar lazos con Israel, utilizando la promesa de trasladar la embajada brasileña de Tel Aviv a Jerusalén como señuelo, aunque finalmente no se materializó. Esta relación se solidificó con la visita de Bolsonaro a Israel en 2019, donde, además de firmar acuerdos militares y tecnológicos, visitó el Muro de las Lamentaciones, desafiando a la comunidad árabe.
La obsesión de Bolsonaro con Israel no es solo política, sino también narrativa. Desde su bautizo en el río Jordán en 2016, ha intentado construir una imagen de «enviado divino», combinando simbolismo religioso con retórica política. Esta narrativa se ha reforzado con frecuentes apariciones públicas en eventos religiosos, como su visita al Templo de Salomão en São Paulo, un bastión del neopentecostalismo.
LA EXTREMA DERECHA Y SU FALSA PROFECÍA
La extrema derecha brasileña, liderada por Bolsonaro, ha adoptado una interpretación distorsionada de las profecías bíblicas, sugiriendo que la resurrección de Jesús solo es posible si Jerusalén está bajo dominio judío. Esta retórica, que combina religión y política, es peligrosa y divisiva. Bolsonaro ha utilizado su plataforma para promover la posesión de armas, argumentando que son esenciales para la «protección» de los ciudadanos.
El reciente conflicto entre Israel y Hamás ha proporcionado a Bolsonaro la distracción perfecta de los múltiples escándalos que lo acosan. Al posicionarse como un «defensor de Occidente», busca polarizar aún más a un país ya dividido. Sin embargo, es esencial que las y los brasileños vean más allá de esta retórica y reconozcan las tácticas de distracción de Bolsonaro por lo que son: un intento desesperado de mantenerse en el poder a toda costa.
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