La dimisión de Carlos Lesmes como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS), puede ser el nuevo foco de conflicto político y judicial.
Después de prácticamente cuatro años con el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo bloqueado y caducado Carlos Lesmes anunciaba este domingo su dimisión.
Este hecho ya había sido anunciado por este el pasado mes de septiembre, pero ahora se discurre en la problemática alrededor de los próximos pasos.

En un primer momento y según el informe técnico que encargó el mismo Lesmes su cargo debería ser ocupado por, el hasta ahora, vicepresidente del TS, Francisco Marín Castán.
En dicho informe se dilucida que “tanto la Constitución como la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) conciben la presidencia del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial como una titularidad conjunta e indisociable”.
Esto debería ocurrir “de manera automática, sin necesidad de acto o acuerdo alguno”, pero al parecer los 18 vocales que actualmente componen el Consejo rechazan la idea de que Marín Castán sea el nuevo jefe del Poder Judicial.
Por su parte Alberto Nuñez Feijóo, líder de la oposición y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno se reunirán para tratar de negociar la renovación.
Así lo deseaba Lesmes en su declaración de su renuncia, pero también explicaba que ha perdido toda esperanza.
Related posts
El director del FBI se hace más rico jugando a dos bandas: invierte en China desde un paraíso fiscal
Kash Patel o cómo la seguridad nacional se pone al servicio del capital offshore.
El Libro Beige de la Reserva Federal expone el primer saldo del proteccionismo y la xenofobia de Trump
Empleo público destruido, turismo en caída y sectores sin mano de obra: los primeros efectos del dogmatismo impuesto por Donald Trump
Carlos Herrera o los “patriotas” que se cuelan en la fila del fisco
Herrera usó un entramado de sociedades pantalla para eludir 2,1 millones en impuestos, según la Audiencia Nacional
Vídeo | DE RESIGNIFICAR NADA 🧼 PSOEizando, que es gerundio. Marina Lobo y Esther López Barceló
La “resignificación” del Valle de los Caídos que vende Moncloa es un eufemismo para disfrazar la continuidad del relato franquista.