Más allá de la dura crítica vertida en el titular, lo que llama la atención es el dibujo de la portada: un simple dibujo que saca las vergüenzas de occidente.
Charlie Hebdo, la revista satírica francesa, siempre es polémica, más ahora cuando la libertad de expresión se ve cada vez más reprimida ante adalides de lo correcto escondidos bajo la sotana de la extrema derecha. La revista ha pasado por juicios, acusaciones de provocaciones a facciones religiosas, pero, sobre todo, ha pasado por atentados; uno de ellos con cócteles Molotov en 2011.
Sin embargo, el más grave ocurrió el 7 de enero de 2015, en su sede parisina, en que dos encapuchados asesinaron a doce personas además de herir de gravedad a otras cuatro. Entre los fallecidos se encontraban los dibujantes Charb, Cabu, Wolinski y Tignous.
Lejos del odio, Charlie Hebdo dio una lección al mundo en su número siguiente al atentado, que llevaba en su portada una caricatura de Mahoma con una lágrima y la leyenda Todo está perdonado superó los siete millones de ejemplares impresos. Esto da una medida de su lucha política desde la viñeta y los deja en posición de disponer de una opinión única y a tener en cuenta.
El cinismo occidental
Este miércoles se ha puesto a la venta su último número y todo el mundo estaba atento, pues era la publicación tras la toma de poder talibán de Afganistán. No ha defraudado por lo contundente de su mensaje: una crítica demoledora al “cinismo” occidental respecto a Afganistán.
El titular de la portada dice, textualmente, “Talibanes, es aún peor de lo que creíamos”, una entonación del mea culpa verbalizado horas antes por diferentes líderes europeos, quienes se han equivocado a la hora de avaluar la situación en Afganistán y no vieron venir el peligro a pesar de los avisos.
Sin embargo, más allá de la dura crítica vertida en el titular, lo que llama la atención es el dibujo de la portada. La ilustración de portada de Charlie Hebdo muestra a tres personas ataviadas con burkas de color azul celeste y el dorsal número 30 con el nombre de Messi impreso: una alusión directa que hacen al equipo de fútbol francés Paris Saint-Germain y a su dueño, el catarí Nasser Al-Khelaïfi.
Señala de esta forma con el dedo Charlie Hebdo a Occidente y sus intereses económicos en Afganistán y el beneplácito con el que se ven los millones y las inversiones de los amos del petróleo. Recordemos que el mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los talibán en Qatar, llegó este martes a Afganistán tras declarar el fin de la guerra y la victoria extremista, en lo que supone su primer viaje al país desde que en 2001 se produjera la caída del régimen y el huyera al exilio en Qatar. No hay tanta distancia entre un país y el otro.
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