Tras más de 35.000 personas asesinadas en poco más de 6 meses, los medios de comunicación occidentales continúan llamando «guerra» al genocidio que está sucediendo en Gaza, y los gobiernos siguen dando carta blanca y vendiendo armas a Israel, hasta un punto de hipocresía tan gigantesco que se atreven a imponer sanciones a aquellos países que plantan cara al régimen sionista y permiten que este siga cometiendo día a día crímenes de guerra.
Nadie puede creer ya el relato de defensa de los Derechos Humanos con el que se ha disfrazado el colonialismo durante décadas. Yasir Arafat ya lo tenía claro hace casi medio siglo: Israel es el «bebé» de Occidente. Pocas cosas han cambiado desde entonces.
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