El ministro israelí de Defensa lanza una amenaza directa contra Irán tras un reciente ataque con misiles, advirtiendo de posibles bombardeos masivos en los próximos días.
¿Hasta cuándo puede la violencia servir de respuesta? Esta es la pregunta que surge tras las declaraciones del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, quien ha amenazado a Irán con una represalia que podría tener consecuencias devastadoras. En un momento de extrema tensión, Israel parece dispuesto a repetir los bombardeos que arrasaron Gaza y Beirut si considera que su seguridad está en riesgo.
ISRAEL SE PREPARA PARA UNA NUEVA OFENSIVA
Las declaraciones de Gallant no son vacías. Hace apenas unas horas, Irán lanzó 180 misiles sobre territorio israelí, logrando burlar su sistema de defensa antiaérea y golpeando algunas bases militares clave. Aunque Israel minimizó los daños, la respuesta ha sido contundente: «Si nos atacan, lo pagarán caro. Basta con mirar Gaza y Beirut para entender lo que les espera». Gallant hizo estas declaraciones desde la base de Nevatim, una de las afectadas por el ataque.
Israel no se enfrenta solo a Irán. Las milicias proiraníes en Irak y Siria, así como los hutíes en Yemen, han intensificado sus acciones en apoyo a Teherán. Mientras tanto, en el sur del Líbano, Israel continúa con su ofensiva, generando más enfrentamientos en una región que ya está sumida en el caos. La guerra en Gaza, que cumple un año esta semana, es otro recordatorio de cómo la violencia y la devastación no tienen fin en este ciclo de represalias.
IRÁN Y LA CARRERA HACIA EL CONFLICTO TOTAL
La amenaza directa de Israel es clara: Irán puede terminar como Gaza y Beirut. Este tipo de retórica inflamatoria solo sirve para avivar las tensiones en una región ya incendiada por los conflictos sectarios y las alianzas militares. ¿Cuántas más ciudades deben ser destruidas para que se entienda que este no es el camino hacia la paz?
Los ataques de Irán sobre Israel son un reflejo de la lucha de poder en Oriente Medio, pero también un ejemplo de cómo se juega con la vida de civiles inocentes en ambos lados del conflicto. El propio ministro de Defensa israelí subrayó que Israel no descansará hasta asegurar el retorno seguro de sus ciudadanos secuestrados y desplazados. Pero la historia ha demostrado que cada ataque, lejos de traer estabilidad, solo lleva a más derramamiento de sangre.
El panorama es sombrío. Israel prepara su respuesta, mientras Irán y sus aliados parecen decididos a no dar un paso atrás.
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