Los taxistas se sienten abandonados por los políticos y las instituciones, y temen que su profesión acabe desapareciendo
Ante la implementación de cambios que pretende la Comunidad de Madrid en el sector del taxi, los taxistas han llevado a cabo diversas protestas y manifestaciones. El nuevo reglamento que el Ejecutivo autonómico tiene pensado aprobar antes de que se acabe el mes, contempla la liberalización horaria y de licencias, lo que en la práctica significa que los taxistas podrán trabajar 24 horas al día, y no las 16 máximas actuales, y que una sola persona pueda tener hasta 50 licencias, y no tres, como hasta ahora.
El malestar entre los taxistas es algo que se nota más extendido que nunca. Según conversaciones con miembros del sector, también hay datos que apuntalan estos hechos. Los días 13 y 14 de octubre del año pasado, la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM) realizó un referéndum en el que participaron 8.820 conductores, 7.413 de ellos autónomos y 1.407 asalariados.
El 91,71% de los autónomos y el 93,95% de los asalariados se pronunció contra la liberalización horaria. Entre los primeros, que también fueron cuestionados sobre la subida del límite de licencias de 3 a 50, el 97,97% se posicionaron contra la misma.
La implementación de la liberalización horaria y de licencias supone una amenaza para los pequeños taxistas y los autónomos, ya que les será difícil competir contra grandes empresas que podrían comprar grandes cantidades de licencias y tener un mayor alcance.
En Barcelona, donde la liberalización horaria está permitida y se tienen límites similares al reglamento que se propone en Madrid, el límite para empresas titulares con más de una licencia no puede acaparar más del 10% del total que haya en un municipio, algo que no se contempla en el nuevo reglamento de Madrid.
Además, la implementación de cambios como la liberalización horaria y de licencias no garantiza que se vayan a obtener más clientes, lo que preocupa a los taxistas. La liberalización horaria solo le interesa a las personas que tienen más de una licencia para así poder doblar turnos. Estas personas son los conocidos en el sector como «floteros», que tienen más de tres licencias.
El temor es que estas medidas afecten negativamente al sector del taxi, lo que podría desembocar en una situación insostenible. Los taxistas se sienten abandonados por los políticos y las instituciones, y temen que su profesión acabe desapareciendo. Según datos del Ministerio de Transporte, se estima que del taxi viven directa e indirectamente 25.000 personas, y pueden suponer hasta 100.000 votos.
Los taxistas demandan medidas que protejan su profesión y su sustento, y confían en que los políticos y las instituciones presten atención a sus necesidades.
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