¿Es la ejecución por fusilamiento de Carolina del Sur la última recreación de la guerra de Secesión?
A los estadounidenses les encanta recrear el pasado, especialmente las batallas de la guerra civil (o guerra de Secesión) de Estados Unidos, que tuvo lugar entre 1861 y 1865. Cada año, en un esfuerzo por revivir la guerra interna más sangrienta de su historia, miles de personas se visten con uniformes azules y grises y se reúnen en campos donde los lejanos ecos de la guerra ya se han desvanecido.
Hay docenas de recreaciones así cada año. Los participantes se las toman muy en serio. La comida, los uniformes, incluso los olores, todo se reproduce para dar autenticidad a los acontecimientos. Las balas y los proyectiles son lo único no “real”.
Ahora, los apasionados de las recreaciones en Estados Unidos suman un posible nuevo miembro: el estado de Carolina del Sur.
Esto se debe a su decisión en 2021 de permitir que sus reclusos en el corredor de la muerte puedan elegir la opción de ser ejecutados por un pelotón de fusilamiento. Con esta medida, Carolina del Sur ha decidido aplicar una forma de pena capital que no se utilizaba en el estado desde la guerra de Secesión.
Departamento Correccional de Carolina del Sur vía AP, Archivo
Una diana sobre su corazón
La razón por la que Carolina del Sur ha incorporado el pelotón de fusilamiento es sencilla. Al parecer, el estado tiene problemas para conseguir suficientes fármacos para ejecutar a los presos con la inyección letal. Eso solo deja como opción la silla eléctrica. Y, ahora, el pelotón de fusilamiento.
Este último método aún no se ha utilizado y actualmente está en apelación en el Tribunal Supremo del estado. Soy testigo experto en el caso e historiador de la guerra civil norteamericana.
El Departamento de Correccionales de Carolina del Sur ha redactado los protocolos del fusilamiento. El pelotón estará formado por tres miembros elegidos entre el personal de la prisión. Se colocarán detrás de un muro, con los tres fusiles cargados con munición real y apuntando al recluso a través de una abertura en el muro.
Tras entrar en la cámara, el recluso será atado a una silla, se le colocará una capucha sobre la cabeza y una diana sobre el corazón.
En ese momento, el alcaide leerá en voz alta la orden de ejecución. A continuación, los miembros del pelotón dispararán sus rifles. Tras declarar muerto al recluso, los testigos se podrán marchar.
Castigo exclusivamente militar
Las ejecuciones por fusilamiento son extremadamente raras en la historia de Estados Unidos.
En la actualidad, solo cuatro estados las pueden aplicar: Carolina del Sur, Mississippi, Oklahoma y Utah. Sólo Utah lo ha utilizado. Desde 1976, se han llevado a cabo tres ejecuciones por fusilamiento en ese estado.
De hecho, la ejecución por fusilamiento nunca ha sido habitual en la historia de Estados Unidos. Aunque el término firing squad (“pelotón de fusilamiento” en inglés) se puede encontrar en los periódicos estadounidenses antes de la guerra civil, la frase se utilizaba normalmente para describir una costumbre diferente, parecida a un homenaje, cuando se disparaban armas al aire para honrar a una persona importante tras su muerte.
El uso del pelotón de fusilamiento también fue poco frecuente durante la guerra civil. Se utilizaba principalmente para castigar a los soldados que desertaban del ejército de la Unión o del Confederado.
House Divided: The Civil War Research Engine at Dickinson College
Según el estudio de Thomas P. Lowry y Lewis Laska de 2009 Confederate Death Sentences: A Reference Guide, de los 26 015 soldados de la Unión juzgados por deserción, aproximadamente 1 243 de ellos, o el 4,8 %, fueron condenados a morir fusilados. En el ejército confederado de Virginia del Norte, el 12,4% de los soldados juzgados por deserción fueron condenados a muerte por este método.
Aparte de las ejecuciones de Utah, no existen casos de fusilamiento en Estados Unidos después de la guerra civil. Era una forma de castigo exclusivamente militar.
Dado que el pelotón de fusilamiento estaba diseñado para disuadir a los desertores durante la guerra, a menudo se llevaba a cabo de forma ritual. Casi siempre se hacía en público y con la intención explícita de infundir terror.
Sorprendentes similitudes entre antes y ahora
Las similitudes entre los pelotones de fusilamiento de la guerra civil y los propuestos por el estado de Carolina del Sur son sorprendentes.
Al igual que los guardias de la prisión, el pelotón de fusilamiento de la guerra civil se seleccionaba entre los soldados. Normalmente ejecutaban el castigo a las órdenes de un ayudante del preboste o preboste mayor, que es un oficial del ejército a cargo de la policía militar.
El pelotón de fusilamiento solía situarse a varios metros del soldado condenado y apuntaba a una diana colocada sobre su corazón. En la mayoría de los casos, se colocaba una venda sobre los ojos del condenado y se le ataban las manos.
Trent Nelson/Salt Lake Tribune via AP, Pool, File
‘Una ceremonia horrible’
Había, por supuesto, diferencias entre entonces y ahora. No todos los soldados del pelotón de fusilamiento durante la guerra civil tenían munición real. Uno de los rifles podía ser de fogueo, ahorrando a estos soldados curtidos en la guerra la certeza de haber matado a un hombre desarmado.
En general, el fusilamiento tenía lugar en un lugar público, como una carretera, una plaza o un campo de batalla. Evidentemente, este no es el caso en el anteproyecto propuesto para Carolina del Sur, aunque había reporteros durante las ejecuciones de la guerra civil y se permitirá a un miembro de la prensa presenciar los fusilamientos en Carolina del Sur.
Algunas comparaciones siguen siendo difíciles de establecer. ¿Ofrecerá el fusilamiento de Carolina del Sur una muerte inmediata e indolora? Sabemos que los fusilamientos de la guerra no siempre tenían un efecto inmediato. Por ejemplo, según un informe de 1864 de una ejecución de un pelotón de fusilamiento publicado en el Vicksburg Herald, un soldado del 49º Regimiento de Infantería de Color “tuvo que ser despachado a pistola, al no producirse la muerte inmediata por las heridas de los mosquetes”.
¿Sufrirá el reo psicológica y emocionalmente al ser ejecutado en Carolina del Sur? De nuevo, la guerra civil proporciona pistas. Harper’s Weekly dijo de una ejecución masiva por fusilamiento en 1863: “Mentalmente, todos sufrieron terriblemente, y mientras marchaban a su propio funeral se tambaleaban con agonía mortal como un borracho”.
Los testigos también podrían encontrar el espectáculo difícil de ver. Según el Louisville Daily Journal en 1863, “La escena estaba resultando dolorosa para los espectadores, y muchos se dieron la vuelta, no queriendo presenciar más aquella horrible ceremonia”. A veces, los soldados encargados de disparar las balas mortales fallaban deliberadamente, ya que la responsabilidad al matar de esta manera resultaba demasiado grande.
Los apasionados de las recreaciones de la guerra civil conocen los límites de lo que hacen. No intentan recrear el fatal hundimiento en 1864 del submarino confederado H.L. Hunley en el puerto de Charleston. Tampoco intentan recrear asedios mortales de un mes de duración, como el de Vicksburg en 1863. Ni recrean fusilamientos.
Sin embargo, el estado de Carolina del Sur está dispuesto a reproducir literalmente una práctica de la historia más sangrienta del país, una práctica que algunos soldados, incluso en medio de la mayor carnicería que ha vivido esta nación, se vieron incapaces de llevar a cabo.
Mark M. Smith está afiliado a Justice 360. Serví como testigo experto para la organización y presenté una declaración jurada en un caso visto por el Tribunal Supremo de Carolina del Sur.
ÚLTIMAS ENTRADAS
El PSOE cierra filas: el 23-F sigue enterrado bajo el silencio oficial
La desclasificación de los documentos del golpe de Estado vuelve a ser frenada, dejando en evidencia las grietas de una democracia tutelada.
El cerco se estrecha:Francia y Países Bajos aplicarán órdenes de arresto del TPI contra Netanyahu
Más de 120 países limitan la movilidad del primer ministro israelí y su exministro de Defensa.
La Justicia desestima la querella contra Aemet y la CHJ mientras investiga cinco denuncias contra Mazón
Los hechos demuestran que el problema no radica en los pronósticos climáticos ni en la gestión hidráulica, sino en la falta de acción política ante una emergencia anunciada
Vídeo | Broncano lo ha vuelto a hacer
Ahora solo queda que Isabel Rodríguez escuche lo que dicta la Constitución.