Según un familiar, el niño ni siquiera entiende por qué lo mantuvieron preso durante una semana
Estamos ya en 2021 y parece que en lugar de avanzar en la sociedad y dejar de lado prácticas radicales basadas en la fe, la humanidad las recrudece. En Pakistán, un niño hindú de ocho años está bajo custodia policial, acusado de blasfemia, la persona más joven en ser inculpada en virtud de esa infracción.
Tras saltar la noticia, muchos son los que recordaron que el niño tuvo en realidad mucha suerte: en ese país asiático los cargos de blasfemia pueden conllevar la pena de muerte.
El niño fue arrestado por haber orinado, según la Justicia de manera intencional, sobre una alfombra en la biblioteca de una madraza, institución donde se brinda enseñanza sobre los textos sagrados del islam.
“Ni siquiera es consciente”
The Guardian tuvo una conversación con uno de sus familiares, que señaló “ni siquiera es consciente” de tales cuestiones de blasfemia y que con él las autoridades han sido solo falsamente indulgentes.
El acusado no entiende siquiera por qué lo mantuvieron en la cárcel durante una semana. El miércoles de la semana pasada, tras su excarcelación bajo fianza, un grupo musulmán atacó un templo hindú en represalia por los actos del joven. La familia del niño y otros representantes de la minoría hindú del distrito conservador de Rahim Yar Khan se escondieron por miedo a las agresiones.
Los atacantes afirmaron que el niño cometió blasfemia y pidieron el máximo castigo para él. La multitud dañó estatuas, quemó la puerta principal del templo y bloqueó brevemente una carretera cercana.
El primer ministro paquistaní, Imran Khan, condenó en Twitter el ataque. “Condeno enérgicamente el ataque contra Ganesh Mandir en Bhung, RYK ayer. Ya le he pedido a IG Punjab que garantice el arresto de todos los culpables y tome medidas contra cualquier negligencia policial. El gobierno también restaurará el Mandir”.
El sábado, 20 personas fueron arrestadas en relación con los hechos ocurridos.
La blasfemia en Pakistán
La República Islámica de Pakistán utiliza su Código Penal para prohibir y castigar la blasfemia contra el islam, mezclando, como tantas veces en tantos países, fe y Justicia.
Por su constitución, el nombre oficial de Pakistán es la “República Islámica de Pakistán”. Los musulmanes son más del 96% de los 167 millones de ciudadanos de Pakistán en el 2008.
La Constitución en el artículo 2, destaca al Islam como la religión del estado. El artículo 31 de la Constitución, habla sobre el deber del país por fomentar el modo de vida islámico. El artículo 33, habla acerca del deber del país por desalentar los prejuicios religiosos, raciales, tribales, sectarios y provinciales entre los ciudadanos.
El Código Penal establece penas por blasfemia que van desde una multa hasta la muerte. Sin embargo, no se ha producido hasta el momento una ejecución judicial de una persona acusada de blasfemia en Pakistán.
Una acusación de blasfemia comúnmente están sujetos los acusados, la policía, abogados y jueces con el acoso, las amenazas y ataques. Una acusación es a veces el preludio de la vigilancia y disturbios.
Rimmel Mohydin, activista de Amnistía Internacional para el Sur de Asia, critica que en Pakistán se haya abusado de las leyes sobre blasfemia durante mucho tiempo para atacar a grupos minoritarios, y destaca que este caso es impactante y extremo. Considera que los cargos deben ser retirados y las autoridades de Pakistán “deben proporcionar inmediatamente protección adecuada para el niño, su familia y la comunidad hindú en general”.
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