En el corazón de Gaza, una niña plantea una pregunta que resuena con desesperación y angustia: «¿Dónde se supone que debemos ir?».
Atrapada en un escenario de horror, donde escuelas, hospitales y refugios son bombardeados sin piedad, su voz se convierte en el eco de miles que buscan respuestas en medio del caos. Es un llamado desgarrador a la humanidad, un recordatorio de que detrás de cada cifra y titular hay vidas de niñas y niños, sueños y esperanzas que se desvanecen.
Más de 900 almas perdidas en un instante, y aún así, el mundo parece preguntarse: «¿qué es seguro en Gaza?». La respuesta es simple: ningún sitio lo es. Este vídeo no es solo un testimonio, es un grito de auxilio, una súplica para que el mundo no olvide y actúe. Porque en Gaza, la definición de seguridad se ha perdido ya entre ruido de bombas y gritos de auxilio, y es nuestro deber colectivo encontrarla y restaurarla.
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